El tenista murciano cae en la final ante Jannik Sinner por 7-6, 1-6 y 1-6. Alcaraz aparece este lunes como número 4 del mundo.
GREGORIO LEÓN
Carlos Alcaraz ha perdido las musas de la inspiración en las finales, aquellas que le eran fiel en cada juego, en cada set. El tenista murciano, que cayó en Hamburgo hace una semana, tampoco ha podido repetir éxito en el ATP 250 de Umag, donde se coronó hacer justo un año. Jannik Sinner volvió a desbaratar sus sueños, como en Wimbledon.
El italiano, después de perder el primer set, reaccionó para adjudicarse los dos siguientes. El murciano, a pesar de esta derrota, aparecerá este lunes como top-4 mundial.
El partido comenzó con plena seguridad en el servicio de los dos rivales, que regalaron varios aces a los aficionados que poblaban las gradas Goran Ivanisevic Stadio. Aunque Carlos Alcaraz intentó crecer desde el resto, pero se encontró con saques potentes del italiano. Solo le flaquearon las piernas en el noveno juego, que condujo Carlos al deuce. Pero no fue capaz de hacer el primer break del partido.
La fiabilidad al servicio (79 por 100 de Alcaraz y 86 por 100 de Sinner), condujeron el primer set al 'tie-break'. Y ahí, firmando el punto del partido (dejada y globo), se puso 4-1 por delante, y resolvió la manga al resto.
Carlos se traiciona a sí mismo
En el segundo set Carlos Alcaraz empezó a jugar como Carlos Alcaraz, conectando 'winners' y poniéndose 0-40 al resto, con oportunidad de romperle el servicio al italiano, que levantó hasta seis bolas de break. Y no solo eso, sino que sí aprovechó sus opciones de ruptura en el siguiente juego. Una pena. Hasta ocho bolas de break tuvo el murciano. Demasiados regalos. Y Sinner siguió creciendo, con una segunda ruptura. La manga estaba sentenciada a su favor. Una reacción extraña de Carlos Alcaraz, totalmente inopinada. El murciano había cerrado a su favor los 33 partidos anteriores sobre arcilla siempre que había ganado la primera manga.
En el tercer capítulo, Alcaraz pudo frenar por fin la hemorragia de juegos perdidos, hasta siete consecutivos. Pero el murciano estaba muy lejos de su tenis habitual. 0 de 9 en sus opciones de breaks. 3 de 7 para Sinner. Así era imposible. Y Carlitos no pudo voltear el partido.
