El murciano ya está entre los mejores veinte tenistas del mundo, tras derrotar al argentino Schwartzman y ganar su primer torneo ATP 500, en Brasil.
GREGORIO LEÓN
Ofreció un nivel altísimo en su primera cita del año, el Open de Australia, donde solo lo frenó Berrettini. Y ahora, en el segundo torneo, Carlos Alcaraz ha demostrado por qué es el tenista de moda. El que está en boca de todos. El que genera exclamaciones de asombro y llena de frases y emoticonos admirativos las redes sociales. En febrero ya ha atrapado el primer triunfo de 2022, a costa de un jugador más experto, en el puesto 14 del ranking ATP, Diego Schwartzman, que tuvo que capitular ante el juego más talentoso del murciano, que reina en Río de Janeiro, donde ganó hace dos años su primer partido del circuito profesional, cuando aún era menor de edad. El trabajo físico hecho por Alcaraz durante los últimos meses, para darle un mayor fondo y respuesta, ha sido clave. De esa manera llegó a jugar hasta tres partidos en Río de Janeiro, obligado por los caprichos de la lluvia, para plantarse en la final con suficiente energía. Eso y su juego en constante crecimiento explica el desenlace que tuvo la final de Río.
Empezó el partido con dos 'breaks' que se hicieron los oponentes. Carlos Alcaraz no terminaba de encontrarse a gusto en la pista, sorprendido por los golpes paralelos del argentino. Pero poco a poco fue encontrando su juego, resolviendo puntos complejos con dejadas maestras (hasta cuatro en la primera manga, todas ejecutadas a la perfección), y tras hacer un segundo 'break' en el noveno juego gracias a un 'passing', dispuso de la oportunidad de cerrar la manga con su servicio. No lo desaprovechó. Y con un globo se la llevó (6-4).
Alcaraz insistió en su juego de alto nivel en el segundo set. No tardó en romperle de nuevo el servicio a Schwartzman, confirmando el juego con su servicio. El argentino apenas podía contener el tenis del murciano, que utilizó primeros servicios cada vez más potentes, llegando en alguna a alcanzar los 220 kilómetros por hora. Al resto fue también a más, dejando en blanco a su oponente en el cuarto juego (3-1). De ahí hasta el desenlace definitivo, camino libre para Alcaraz, que no dejó escapar la victoria valiéndose de su servicio.
Directo al top-20
Los puntos que le otorga a Alcaraz ganar este torneo ATP le hace avanzar hasta nueve puestos en la clasificación mundial, donde esta semana aparecerá dentro de los 20 mejores del mundo. Cuando debutó en Río, en febrero de 2020, estaba en el puesto 407.
El más joven en ganar un torneo ATP 500
El murciano, que sigue coleccionando registros de precocidad, se convierte con el triunfo en Río en el tenista más joven en llevarse un torneo ATP, con solo 18 años, 9 meses y 15 días.
Rey de las finales
La fiabilidad del murciano en las finales queda acreditada. Es la tercera que ha jugado. Y la tercera que ha ganado: ATP 250 Umag y Next Gen Finals, en Milán. Y ATP 500 en Río de Janeiro. Tres de tres.
"Estoy listo para subir otro nivel"
Nada más acabar el partido, Alcaraz no ha podido disimular la emoción: "Estoy muy feliz con el rendimiento de toda la semana. Hacía mucho tiempo que no jugaba en tierra. Creo que estoy listo para subir otro nivel. Me siento bien. Creo mucho en mí mismo".
El murciano se mostró cariñoso hacia el rival, Schwartzman: "Eres un gran ejemplo para mí, una persona excelente y un jugador magnífico. Resulta increíble verte en cada torneo en el que estás, siempre trabajando, en pista o en el gimnasio. Te considero una gran inspiración y espero que las cosas te sigan yendo muy bien".