El delantero aguileño, que perdió este verano a su abuelo, quiere brindarle muchos goles en su nueva aventura en el UCAM Murcia. Tentado por el Águilas y el Mar Menor, eligió el proyecto universitario.
GREGORIO LEÓN
La aventura vital de Rafael Fernández "Chumbi" no ha sido fácil. Y siempre se ha distinguido por una virtud: aunque las adversidades te tiren al suelo, límpiate el polvo cuanto antes y ponte de nuevo en pie. Fue así como superó una grave lesión de rodilla, que se repitió a los pocos días de regresar a los entrenamientos, luego de más de medio año de inactividad. Y es así como se ha erguido, después de vivir dos golpes en este año 2022. Los dos, completamente inesperados. El primero fue deportivo: el descenso a Tercera con el Águilas, el equipo de su pueblo. Y el segundo, de mayor impacto. Su abuelo, el Tómbolas, moría, dejando a su nieto sumido en el dolor más profundo. Chumbi estaba íntimamente ligado a él. El fútbol los conectaba. Dentro de su ataúd, para siempre, quedaron, además de su sombrero y su callao, una bufanda del Betis, el club que amaba, y una camiseta del Albacete, la que llevó su nieto cuando jugó en el Villamarín, y le anotó un gol justo al equipo de su vida.
Chumbi valoró continuar en el Águilas, herido por el traumático descenso. Pero no encontró el calor necesario en Alfonso García. También fue tentado por el Mar Menor. Pero eligió ponerse la camiseta del UCAM, donde no tendrá fácil ser titular. Miguel Linares ha configurado una plantilla muy competitiva, en la que los futbolistas deberán pelearse por cada minuto de juego.
De momento, Chumbi lleva ya tres goles esta pretemporada (CD Ejido, Melilla y Hércules). Todos los que marque tendrán una dedicatoria especial: al Tómbolas.
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