"Estamos en el camino", se asegura desde los despachos del Real Murcia.
GREGORIO LEÓN
El nuevo curso va a traer exigencias de altísimo nivel para el Real Murcia. "Un 'play off' de 38 jornadas. Eso es la Primera RFEF", avisa un técnico de la categoría, que ha vivido en propias carnes las singularidades de esta división, donde hay mil peligros esperando. Por eso desde los despachos de la entidad murcianista trabajan para articular el mejor equipo posible. Aunque sobreviva el bloque del ascenso, es obligatoria la adición de futbolistas de calidad acreditada para asumir las demandas de la Primera RFEF. El presidente Agustín Ramos quiere fichar cuatro jugadores de primer nivel que eleven las prestaciones del equipo. Y la dirección deportiva también se está desgastando para conseguir, como sea, la ampliación de la cesión de Zeidane Inoussa, que llegó como refuerzo desconocido en diciembre para convertirse en pieza irremplazable en mayo.
El SM Caen recuperó al futbolista de pasaporte sueco. Era lo previsto, de acuerdo al contrato firmado por las dos partes. Pero la mediación de Quique Pina y los esfuerzos de Manolo Molina han abierto el camino a una nueva cesión. Desde la zona noble del Enrique Roca se ha extendido un optimismo moderado. Sin euforias. Pero admitiendo que las posibilidades crecen día a día, y que la próxima semana podría haber noticias positivas desde Francia. El jugador ya expresó en Onda Regional su propósito de seguir vistiendo la camiseta del Real Murcia. Y el SM Caen está predispuesto a complacerlo. A a él y a la afición murcianista, que lo ha elevado a los altares donde solo hay espacio para los jugadores elegidos.
