Un gol de Fede Valverde en el minuto 98 decide un partido muy intenso. Este jueves se disputa la segunda semifinal: Atco. Madrid-Ath. Bilbao.
GREGORIO LEÓN
Quizá el escenario sea exótico. Pero esta versión de la Supercopa ofrece emoción a chorro, convirtiendo el clásico en un 'thriller' lleno de giros de trama y con desenlace imprevisible. Hasta ciento veintidós minutos invirtieron los antagonistas para resolver un duelo apasionante, celebrado en Riad ante 30.000 espectadores. El Real Madrid se adelantó por dos veces en el marcador, pero un bravo y vigorizado Barcelona se repuso de esos dos goles que le descargó el rival, y forzó la prórroga.
Vinicius colocó el 1-0 en el marcador, haciendo justicia a una buena primera media hora blanca. Pero el Barça fue creciendo desde la posesión, con buenas circulaciones de balón. Y al borde del descanso Luuk de Jong cazó el empate.
En la reanudación, el Barça se apropió de la pelota, y abanderado por Dembélé percutió una y otra vez, acumulando hasta tres ocasiones de gol. El Madrid se dio cuenta de que debía reaccionar, por medio de la recuperación del balón. Benzema mandó una pelota al poste. Y después, en posición de ariete clásico firmó el 2-1. Pero el equipo azulgrana no iba a sacar bandera blanca. Y un remate también en el corazón del área de Ansu Fati condujo el duelo a la prórroga.
Y Fede Valverde, que había entrado para dar oxígeno a su equipo, aprovechó un contragolpe letal de Rodrygo. Porfió a la desesperada el Barça, muriendo en el área madridista. Pero el marcador no se alteró, transportando al Madrid a la final.
