Los murcianos, que iban por delante al descanso, están ahora obligados a ganar cuatro partidos para jugar la Copa del Rey.
GREGORIO LEÓN
Solo el Real Madrid había podido llevarse el botín del Martín Carpena. El UCAM Murcia CB se enfrentaba a un desafío colosal para alimentar sus opciones de jugar la Copa del Rey. Durante veinte minutos soñó. Pero el Unicaja no dejó espacio para la sorpresa, reaccionando a tiempo.
El partido comenzó con exhibición anotadora de McFadden. El UCAM mantuvo el tipo, sin que Unicaja se le fuera en el marcador. Hasta que se quedó seco, durante cinco minutos. De ese marasmo lo sacó Luther, con dos triples consecutivos. Y el equipo murciano empezó a resolver sus ataques con fluidez, para llegar al descanso con un esperanzador 36-37 a favor. Extraordinario primer tiempo, en el que la única nota negra fue la lesión de Augusto Lima en un mal giro.
La segunda mitad comenzó con un parcial de 10-2 que obligó a Sito Alonso a detener el partido. Pero tampoco fue la solución, adquiriendo el conjunto malagueño una ventaja de hasta doce puntos para acabar el tercer cuarto. La defensa murciana no era tan sólida como en los primeros veinte minutos. Y por ahí empezó a desangrarse el UCAM, que ya se ve obligado a ganar los cuatro partidos que quedan hasta el término de la primera vuelta para estar en la Copa.