El exdueño del Leganés mantiene la hoja de ruta y su pacto con Agustín Ramos para entrar en el Real Murcia. Siguiente paso: conocer las posibilidades de acuerdo con Hacienda
GREGORIO LEÓN
Felipe Moreno es muy cauteloso. Mide de forma minuciosa cada paso que da. Y evita los impulsos irracionales que le puedan llevar a decisiones equivocadas. Con esa receta ha sido capaz de convertirse en un empresario de éxito, que empezó cuando apenas tenía veinte años en diferentes negocios de restauración hasta convertirse en dueño de un club que compró por 500.000 euros y vendió por una cantidad que algunas fuentes estiman en 45 millones.
Y un giro de trama le colocó en situación de entrar en el Real Murcia. Cuando parecía que iba a hacerse efectivo el principio de acuerdo de Mauricio García de la Vega con Alfonso García, Felipe Moreno fue quien firmó notarialmente una opción de compra sobre todos los derechos que tiene el mexicano sobre el Real Murcia. El 1 de julio, ya con esos poderes en su mano, celebró la primera reunión en Campoamor con Agustín Ramos. Y ahí ya le expresó su voluntad de entrar en la entidad grana. Diferentes conversaciones permitieron afinar el acuerdo de colaboración, estipulando la premisa de un reparto de poder, al 50 por 100.
La hoja de ruta se mantiene intacta. "Voy a intentar llegar hasta el final en lo que Agustín y yo pactamos en su día", aclara el cordobés, por si había alguna duda sobre cambio de planes. "Con Ramos me llevo bien. Cada uno tiene sus peculiaridades, pero nos entendemos. A ver cómo nos podemos organizar entre los dos". Felipe Moreno se define como compañero de viaje en esta aventura, y utiliza también la palabra reto. Ambicioso como es, visualiza un Murcia, no en Segunda, sino incluso en Primera División: "Con tiempo y los pies en el suelo, puede llegar a Primera. Es un gran club, con un gran futuro, y vengo a aportar mi experiencia". En esos términos se expresa en la entrevista concedida a Onda Regional en Torrevieja, donde tiene negocios desde hace varias décadas. Moreno conoce a la perfección la zona. Llegó en 1989, y ha entablado relaciones con empresarios como Enrique Roca, que también opera en esa demarcación.
Felipe Moreno no se arredra ante un desafío colosal como es la deuda mastodóntica que tiene el Real Murcia. Le preocupan singularmente las cantidades que el club debe a Hacienda y Seguridad Social, y por eso está deseando que llegue septiembre para poder celebrar reuniones con las Administraciones, y explorar las posibilidades de acuerdo que haya: "La deuda no puede ser una sangría. Y por eso quiero, siempre junto a Agustín, ver qué soluciones puede haber".
Septiembre es también el mes en el que tome una decisión sobre la carta de intenciones que le remitió la semana pasada la entidad grana, en la que le pedía que retirar las diferentes demandas interpuestas por Iconos Nacionales contra varias ampliaciones de capital. Felipe Moreno no se quiere apresurar sin realizar previamente las pertinentes consultas.