El tenista murciano acapara todos los focos en la Copa del Rey, disputada en Huelva.
GREGORIO LEÓN
La propia organización lo admite: se agotaron todas las localidades, 2.300 puestas a la venta, por el impacto que tiene un chaval de solo 19 años, que ha entrado como un ciclón en el circuito internacional: Carlos Alcaraz. Después de Rafa Nadal, es el tenista que más cariño y adhesiones suscita, sin ningún género de dudas. Allá donde va tiene decenas de aficionados deseando hacerse una foto con él, conseguir un autógrafo... Y el Real Club Recreativo de Tenis de Huelva fue una prueba muy clara de la expectación que levanta Carlitos.
El jugador fue recibido entre gritos entusiastas cuando fue presentado para acceder a la pista el jueves, en el partido de semifinales. Y el mismo clamor escuchó al día siguiente, en la final que perdió ante Alejandro Davidovich. A la conclusión de cada partido, los aficionados más jóvenes hicieron todo lo posible por conseguir un selfie con la nueva estrella del tenis mundial.
Los resultados deportivos no han sido los esperados la última semana. Perdió justamente ante Jannik Sinner, y también cayó en la final de la Copa del Rey. Ahora consagra toda su energía para ponerse a tono ante la cita más importante del verano: el US Open.
