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Taynan: "Juego sin maldad"

La nueva estrella de ElPozo confiesa que se siente muy apegado a Dios, y se marca el reto de hacer al equipo murciano campeón.

GREGORIO LEÓN
08 NOV 2022 - 22:00
Taynan: "Juego sin maldad"
Taynan, en una imagen de esta temporada. Foto: Pascu Méndez
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Taynan: "Juego sin maldad"
09:56

GREGORIO LEÓN

En Taynan entran muchos taynanes. El jugador iracundo que se enfrenta a un árbitro, ganado por el estupor, tan desconcertado como el niño al que le han quitado abruptamente un regalo que se había ganado. El futbolista que, impelido por su espíritu competitivo, se queda a unos milímetros de la infracción. Y el genio que es capaz de inventarse un pase, un regate inverosímil, esas creaciones que solo pueden salir del pincel del mejor pintor, de la pluma de un escritor en plena ebullición artística. El genio al que es imposible que le busquemos explicación racional o abarcar con palabras. Solo asistir a su prodigio, atónitos. 

Durante seis meses ElPozo Murcia estuvo huérfano. El club murciano vivió una experiencia traumática en el Olivo Arena. Ganó y perdió un título en un minuto. Pasó de la exultación al desgarro. Taynan no solo es un extraordinario futbolista. Es, sobre todo, un líder. Los números expresan elocuentemente cuánto gana y cuánto pierde el equipo murciano sin él. Pero más allá del impacto clasificatorio, de las evidencias fácilmente verificables, ElPozo ha encontrado en él algo de lo que ha carecido durante una larga década. Hay que rebobinar mucho y llegar al primer año de Miguelín para encontrar una figura de tal fuerza social. Un autógrafo, un selfie... Los aficionados locales lo demandan. También los visitantes. Y muchos van expresamente a verlo.  El futbolista nacido en Brasil pertenece a la estirpe de los elegidos que son capaces, por sí mismos, de arrastrar aficionados, como si soplara la flauta de Hamelín.       

Taynan le reza a Dios todos los días. Gracias a él pudo gestionar emocionalmente los momentos más duros de su carrera deportiva, frenada por una sanción de quince partidos. Dios y las personas que le dieron calor en Murcia. 

Con tres años destrozaba carrinhos, los coches con los que los niños se divierten en Brasil. Solo quería tener un balón cerca de su pie izquierdo, ese que ahora se ha empeñado en devolverle a ElPozo el brillo que ha perdido el último lustro.

Ahí lleváis la entrevista completa...  

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