Vive en Kryvyi Rih, la ciudad donde nació Zelenski, y distribuye uniformes de camuflaje para luchar contra los rusos. Onda Regional ha hablado con él.
GREGORIO LEÓN
"Dios y la verdad está con nosotros". Son palabras que suelta, impregnadas de heroísmo y profunda fe, Vitaly Myroshnychenko. Cuando el Real Murcia lanzó un SOS desesperado por su supervivencia, ayudó al club centenario con 300 euros. No le importaron los casi 4.000 kilómetros que le separaban físicamente de Murcia. Sintió como un mandato imperativo la necesidad de echar un cable desde su lejana Kryvyi Rih. Dos años después se ha visto obligado a quitarse la camiseta del Real Murcia, sustituyéndola por el uniforme militar. La ropa deportiva ha dejado paso a la indumentaria bélica.
Vitaly no pertenece a las fuerzas armadas de Ucrania. Pero, igual que en su día le tendió la mano a un club que había hecho una llamada de auxilio, ahora está consagrando todos sus esfuerzos a fin de ayudar a los militares que combaten en el frente para expulsar al enemigo ruso. Y está abriendo canales para distribuir un equipamiento diseñado en tela de camuflaje, utilizable por las fuerzas del gobierno y por las milicias populares que se han constituido para defender Ucrania. El precio de cada unidad es de 1.400 grivnas, equivalentes a unos cuarenta euros.
"Proporcionamos ropa, herramientas, todo lo que se pueda coser, convertir en uniforme, chaleco antibalas. Ahora mismo he ordenado 170 juegos de uniforme. No hay suficientes equipos", explica Myroshnychenko.
"Nunca he estado en el ejército. Nunca he tenido un arma en mis manos. Pero, ¡nos estamos preparando para una gran batalla y una gran victoria", advierte Vitaly, en contacto con Onda Regional, que ha logrado hablar con él. "Ahora necesitamos todo el apoyo de los que están con nosotros, los que están del lado blanco de este mundo, que creen en la democracia y en la libertad, sin importar dónde se encuentren, en Ucrania, en España, en Gran Bretaña... ¡Venceremos a este asesino, pase lo que pase!", afirma con plena convicción.
"El día comienza con una alarma y termina con una sirena"
Kryvyi Rih, la ciudad en la que vive Vitaly, la ciudad donde nació el presidente ruso Volodímir Zelenski, está acogiendo a una masa considerable de refugiados, que huyen de otros puntos más castigados por los proyectiles rusos. Ucranianos que escapan de las bombas indiscriminadas que los militares enviados por Putin lanzan sobre Mariupol o Kherson. Este accionista del Real Murcia explica cómo es un día allí, en medio del horror: "Cada día es como otro. Ya dejó de existir el lunes, el jueves o el sábado, ¿qué más da? Simplemente hay una mañana que comienza con una alarma de aire, y una tarde que también está en las sirenas. Hay explosiones. Al principio lo ves como una tragedia espantosa, imposible de entender. Pero ya a la centésima se convierte en una triste estadística. Pero estamos preparados para luchar hasta el final. Las mujeres y los niños están a salvo, y tomamos todo con más valentía si cabe".
La ciudad de Vitaly también presta asistencia sanitaria a compatriotas que proceden de otros emplazamientos: "La ciudad recibe a los heridos de los puntos calientes. La ciudad vive luchando en la frontera en el lado sur con tropas provenientes de Crimea", subraya este joven, cuya vida se ha transformado de forma radical en apenas dos meses.
Vitaly Myroshnychenko pide ayuda: "El costo de un café puede salvar una vida"
Este pequeño accionista del Real Murcia hace un llamamiento de auxilio: "Se necesitan muchas cosas especiales. Tal vez alguien traiga guantes tácticos, alguien rodilleras, alguien que nos regale un casco, alguien un chaleco antibalas, o por lo menos un chaleco para placas blindadas, linternas tácticas, zapatos tácticos...El costo de un café puede salvar una vida", concluye.