Es lo que afirma el profesor de Puentes, de ingeniería civil de la UPCT. El derrumbe del puente en Genova, Italia, el pasado martes, 14 de agosto, ha causado numerosos comentarios acerca de estas infraestructuras
REDACCIÓN. Murcia
Al menos 30 personas han muerto y cinco han resultado gravemente heridas en el derrumbe del punte en Génova, Italia, uno de los más graves de este tipo de infraestructuras en el mundo en los últimos años. En el ámbito europeo, se trata del hundimiento más mortal desde 2001, cuando 58 personas murieron en Portugal. El derrumbe se produjo en torno a las 12.00 locales, cuando un tramo del puente Morandi, de 1.182 metros de longitud y una altura de 90 metros, se vino abajo, sepultando bajo los escombros a varios vehículos.
El viaducto era conocido como “un puente enfermo”. La obra del ingeniero transalpino Ricardo Morandi ha sido objeto de incontables labores de mantenimiento desde que se inaugurara en 1967, siendo las últimas en febrero de este año, cuando se apuntaló la seguridad. Curiosamente, no es la primera vez que un puente de Morandi sufre un accidente. En 1964, un carguero chocó contra un puente suyo construido en Venezuela y derrumbó 216 metros de la losa de hormigón.
Además, el puente Morandi fue precursor en su día y no hay infraestructuras de ese tipo no sólo en España, si no en el mundo.
Según Juan José Jorquera, profesor de Puentes, los fallos más habituales de los puentes españoles tienen que ver con la sedimentación. El propio Morandi avisó de las necesidades especiales de mantenimiento de esta estructura.
Jorquera asegura que lo único en común con las condiciones del Morandi es la posibilidad de lluvias torrenciales y el hecho de que el mantenimiento es la hermana pobre de las infraestructuras