Las muertes por olas de calor -en la Región de Murcia ya son dos los fallecidos- se han reducido drásticamente en la última década según el experto en salud y cambio climático del Instituto Carlos III, Julio Díaz
M.A. Cartagena
Las altas temperaturas son noticia esta semana en todo el país y un aviso de la realidad del cambio climático. Pese a lo que pudiera parecer, las últimas investigaciones del Instituto Carlos III revelan que mueren más personas en España por el frío que por efecto del calor, como advierte Julio Díaz Jiménez, científico titular del Instituto y jefe de área en la Escuela Nacional de Sanidad. Cada provincia tiene su umbral a partir del cual está demostrado estadísticamente que se disparan los niveles de mortalidad: 34 grados en la comunidad murciana. Y es que las olas de calor no son lo mismo, ni tienen el mismo efecto, en Pontevedra que en Extremadura o en la Región de Murcia, influye también la capacidad de adaptación de las ciudades y de su población a las altas temperaturas. Los umbrales sirven entre otras cosas para establecer planes de prevención y niveles de alerta.
El calor muy raramente mata a una persona sana, eso sí, agrava patologías de aquellas que ya tienen una enfermedad. De hecho, de los más de seis mil fallecidos en España durante la ola de calor de 2003, sólo 130 se atribuyeron a lo que se conoce como golpe de calor. La ciencia ha demostrado que las altas temperaturas pueden actuar como desencadenante de situaciones de violencia, influyen en partos prematuros o empeoran el estado de pacientes con depresión, alzheimer y otras demencias.