Su portavoz Pedro Luengo considera que no se demuestra ninguna mejora ambiental de la laguna salada con su ejecución
BLANCA CASANOVA. MURCIA
Cuando está a punto de cumplirse un año del primer aniversario de la DANA de septiembre, una de las peores lluvias torrenciales de las últimas décadas en la Región, Ecologistas en Acción advierte de que proyectos como el Colector Norte del Mar Menor son inútiles.
La organización explica que existen importantes errores en el análisis previo del proyecto. El más grave es la exagerada sobreestimación de entrada subterránea al Mar Menor, y que multiplica por ocho la magnitud real. La memoria sitúa dicha entrada en 66 hm3/año, cuando los estudios más recientes, llevados a cabo por Tragsatec y promovidos por el propio Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, sitúan la entrada anual en unos 8,5 hm3/año desde el Cuaternario, lo que demuestra que, como reconoce dicho estudio, “la prioridad pasa por reducir en origen la contaminación que afecta a los flujos superficiales, no por interceptar los flujos subterráneos”.
El proyecto no incluye actuaciones para eliminar el nitrógeno y el fósforo de tales flujos. Para Luengo, esto demuestra que el interés real no es evitar la entrada de nutrientes a la laguna sino hacer obras hidráulicas y darle agua al regadío.
El portavoz apunta que de ponerse en marcha la iniciativa sin contar con las infraestructuras de desnitrificación, unas 2.400 toneladas anuales de nitratos serían vertidos al Mediterráneo en las proximadades del Mar Menor Norte pero es que suponiendo que funcionara todo, se estarían vertiendo 600 toneladas, afectando de forma grave e irreversible el LIC marino y degradando sus hábitats, incluyendo las praderas de Posidonia oceanica, que ya están siendo afectadas por el enriquecimiento en nutrientes y procesos de eutrofización incipiente.
La organización advierte que los graves errores y contradicciones detectados en la Memoria del proyecto, y que sirven de justificación para la obra, hacen sospechar que el objeto real del proyecto no es aplicar medidas eficaces para mejorar el estado del Mar Menor, sino la ejecución de una serie de obras hidráulicas cuyo objetivo último no parece ser ambiental.
Luengo propone descartar este proyecto totalmente y sustituirlo por medidas basadas en la naturaleza que eviten que continúe el flujo de nutrientes del Campo de Cartagena hacia el Mar Menor para que no siga entrando un exceso de nutrientes en la laguna salada, y que consecuentemente, ésta pueda digerir lo que tiene ahora mismo en su propio ecosistema y evolucione favorablemente.
