La ministra de Asuntos Exteriores ha comparecido para ofrecer detalles sobre la reunión del Consejo Europeo en la que ha participado el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez
REDACCIÓN/AGENCIAS
La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, se ha mostrado satisfecha tras detectar un 'cambio de tono' en el Consejo Europeo, que se ha reunido esta tarde y ha contado con la participación del Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Una cumbre que los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea han concluido por videoconferencia y sin grandes avances sobre la creación de un fondo de recuperación que relance la economía del bloque una vez superada la pandemia de Covid-19.
La ministra ha manifestado que el Consejo Europeo ha apoyado la creación de ese fondo pero "aún no hay convergencia" sobre cómo financiarlo. Lo que sí han observado es un cambio de tono en el debate, con el inicio de una dinámica de negociación y con España 'en el centro del juego'.
España ha defendido que sea un fondo "ambicioso" financiado con deuda perpetua, que pueda distribuirse a los países y sectores más afectados por la epidemia, ha explicado González Laya.
En la reunión que han mantenido los líderes comunitarios, ha añadido, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha defendido además que sea un fondo vinculado al presupuesto, algo sobre lo que no hay "consenso completo".
No obstante, ha dicho que ha habido avances en ese sentido así como en relación al tamaño o "robustez" del fondo.
En ese aspecto, González Laya ha recordado que España pedía que estuviese dotado con entre 1 y 1,5 billones de euros y "esa es la zona alrededor de la cual ha gravitado la discusión en el Consejo".
Donde hay menos convergencia entre los estados miembros es en relación a la financiación de dicho mecanismo, ya que algunos países optan por transferencias, otros por préstamos o por una mezcla.
La ministra ha explicado que España, junto a otros socios comunitarios, ha defendido las transferencias por tres razones: para evitar el sobreendeudamiento de algunos países, para garantizar la solidaridad en la familia europea y para garantizar también el funcionamiento del mercado interior.
