El catedrático de Didáctica y Organización Escolar de la UMU, Juan Manuel Escudero, asegura que a esas edades la escuela es un espacio de socialización básico para su crecimiento intelectual
REDACCIÓN. Murcia
La interrupción de la docencia presencial no sólo supone un problema de organización para el sistema educativo. Los alumnos, sobre todo los más pequeños, van a sufrir un impacto enorme en su proceso de formación porque a esas edades la escuela es, sobre todo, un espacio de socialización básico para su crecimiento intelectual.
Es la opinión del catedrático de Didáctica y Organización Escolar de la Universidad de Murcia, Juan Manuel Escudero, que advierte que este cambio de hábitos que ha impuesto la pandemia supone la quiebra de un patrón social que todos teníamos muy interiorizado.
Escudero dice que los cambios que esta crisis va a provocar sobre el sistema educativo ni siquiera se han empezado a medir, pero van a ser de un enorme calado. En primer lugar, sostiene, porque lo que ha ocurrido tiene que hacernos más conscientes de la necesidad de disponer de un sistema educativo público realmente potente.
Y segundo, porque a partir de este punto se hace más evidente que la educación española tiene la urgente necesidad de actualizarse: hay que eliminar el exceso de datos y de memorización, y es imprescindible replantearse cuál debe ser el objetivo último del proceso educativo.