La Nochebuena que el coronavirus arrebató a tantos murcianos privándoles de volver a casa

(ESCUCHA AQUÍ EL REPORTAJE COMPLETO EMITIDO COMO CIERRE DE 'REGIÓN DE MURCIA NOTICIAS' EN ESTA NOCHEBUENA DE 2020)

JOSÉ A. VERA | MURCIA

Esta Noche es Nochebuena y en muchos hogares de la Región habrá sillas vacías...

Echaremos de menos especialmente a aquellos seres queridos que nos arrebató este 2020, aquellos que se fueron y que ya no volverán. Nos quedará su recuerdo. Y tampoco estarán aquellos murcianos, aunque esperamos verles pronto, que en su día emigraron por motivos laborales o sentimentales y a los que el COVID privará en esta Navidad de ese reencuentro emotivo, ese abrazo anual, ese beso, esa comida de mamá o la abuela.

Murcianos a miles de kilómetros que fundaron sus familias y que alimentarían estos días su vínculo con España. Gabriel tenía pocos meses la primera y única vez que vino a Murcia desde Canadá hace 7 años. Su hermana Sofía, de 5, iba a conocer la Lorca natal de su mamá. Águeda Gallego, informática y afincada en Toronto desde hace una década, soñaba con una Navidad especial: "Tuvimos que anular los billetes por culpa del coronavirus. Iba a ser el primer viaje de Sofía a España y también la primera cabalgata de Reyes para ambos, tendrán que seguir fantaseando con España".

Jorge Fuentes llegó a Ciudad de México hace 8 años. Volvería a casa, a El Palmar, junto a su mujer y sus dos niñas, esta Navidad. A Jorge el COVID le arrebató un sueño, publicó un libro de astronomía cuyo papel aún no pudo tocar ni oler. Ni tampoco dedicar a aquellos que más quiere: "Publiqué mi libro hace un mes, 'A dónde van las estrellas cuando mueren', y no he estado ahí, no he podido hacer una presentación, dedicarlo, dárselo a aquellos que quiero, ni siquiera he tenido una copia del libro en mis manos. Me lo estoy perdiendo".

Quizá entre sus pasajes encontremos algún capítulo de la Estrella de Oriente que guio a los Reyes Magos a Belén. U otra que nos conduzca a Dresden, en la antigua DDR. Allí vive José María Guevara, doctor en físicas, que por responsabilidad decidió no venir desde Alemania estos días para no poner en peligro a Alicia, su madre, ni el resto de seres queridos de su entorno. Una responsabilidad que ruega cunda también entre los murcianos: "Es un año muy difícil y muy raro. Quedarme en Alemania hace que haya menos opciones de contagiar a familiares y amigo. Espero que los murcianos se den cuenta del esfuerzo que hacemos los que estamos fuera para poder celebrarlas juntos el año que viene".

Es posible viajar, a costa de realizar PCR y cuarentenas a la ida y a la vuelta en algunos casos. Eso rompería el ritmo familiar y escolar de los más pequeños. Es uno de los motivos que llevó a la murciana Ana Serrano, periodista afincada en Sheffield, Reino Unido, a no venir este año con Matt, su marido, y el pequeño Liam. El otro, no poder disfrutar de una alegre Navidad: "Cuando vamos a Murcia queremos disfrutarla y ver a la gente. Nada de eso va a pasar, nos quedamos. El año que viene esperemos que cuando se despliegue la vacuna vaya todo mejor y podamos volver a disfrutar la Navidad como siempre".

A Holanda llegó hace 20 años Paqui Galindo. Doctora en Psicología y estadística principal de una gran empresa farmacéutica, intenta volver a Los Alcázares al menos una vez al año. Algo que no siempre consigue, mucho menos con el COVID de por medio. Sus hijos tendrán que esperar para ver a sus abuelos otros tantos meses más: "Normalmente, iría en Navidad a casa. El coronavirus no nos va a dejar por sus restricciones. La última vez que viajé fue el año pasado. Los vuelos a España han sido cancelados así que aunque quisieran desobedecer las normas, no podría".

Habrá que aferrarse a la tecnología para estar más cerca de aquellos seres más cercanos que en realidad tenemos lejos. Sigamos el ejemplo de Águeda: "El año pasado me tomé las uvas por Skype con mi abuela viendo las campanadas en la Puerta del Sol. Espero poder repetir. Feliz Navidad a todos y próspero Año Nuevo".