El contexto de la pandemia condiciona la liturgia propia de estos días y algunos vecinos acuden a visitar a sus seres queridos con nostalgia y miedo
ÁNGEL BOLUDA. Murcia
Los murcianos están escalonando sus visitas a los cementerios con motivo de la festividad de Todos Los Santos. Esa es, precisamente, la recomendación de las auridades sanitarias para evitar las aglomeraciones propias del 1 de noviembre en estos espacios. A pesar de eso, la afluencia de público es inferior a la de otros años en uno de los cementerios más grandes de la Región, el de Nuestro Padre Jesús de Espinardo.
Aquí este viernes se podía acceder sin restricción, pero el domingo tendrá los accesos controlados, dispensación de hidrogel a la entrada y las fuentes cerradas, para evitar que los visitantes se agolpen en torno a ellas. De este modo de pretende evitar contagios de coronavirus aunque a muchos esta última situación les ha pillado de imprevisto.
Es habitual que muchos vecinos acudan los días previos para limpiar panteones y tumbas y el día de Todos Los Santos hagan la visita de rigor. La mayoría suprimirán esta última para minimizar el contacto con otros familiares.
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