El Sindicato Central de Regantes advierte que, en el mejor de los casos, la propuesta de incremento de caudales en el Tajo supondrá un incremento inmediato de la tarifa tanto para los agricultores como para los hogares
SUSANA AZPARREN
El Sindicato Central de Regantes alza la voz ante el temor de los regantes por el incremento de los caudales ecológicos de la nueva planificación hidrológica del Tajo, ya que ponen en peligro la continuidad del trasvase hacia el Levante.
En una rueda de prensa celebrada este lunes, el presidente del sindicato Lucas Jiménez ha presentado un informe técnico sobre las consecuencias del aumento en 2,5 m3/s de caudales a su paso por Aranjuez, contemplado en el Esquema Provisional de Temas Importantes del nuevo plan del Tajo, cuyo plazo de alegaciones finaliza el 30 de octubre.
El documento concluye que los desembalses desde los pantanos de Entrepeñas y Buendía para mejorar el caudal ecológico en Aranjuez, restarían 78 hectómetros cúbicos a los trasvases hacia la cuenca del Segura, o lo que es lo mismo, supondrían un descenso del 21 por ciento del agua destinada al riego y un 18 por ciento menos de agua para consumo urbano. Eso en el mejor de los casos, porque también se contempla otro escenario en el que el Canal de Isabel II aumentaría además, su demanda de agua para beber en 60 hectómetros cúbicos. El caudal disponible para trasvase se reduciría todavía más.
Lucas Jiménez hace hincapié en que los regantes deberán seguir pagando el mismo peaje por el uso del trasvase aunque llegue menos agua, además de compensar la caída de los caudales del Tajo con agua desalada.
Jiménez ha anunciado la convocatoria de las mesas del Agua de Alicante y Almería, así como reuniones de las comunidades de regantes, el Círculo del Agua del Levante y con representantes políticos y de la sociedad civil. El presidente del sindicato alerta de que la reducción de los caudales para trasvasar puede suponer la desaparición de una infraestructura vital para la agricultura del sureste peninsular.
