Los enfermos están experimentando un rápido deterioro tras el confinamiento y la falta de contacto con sus familiares
CARMEN J. ALBENTOSA. Murcia
Hoy, 21 de septiembre, es el Día Mundial del Alzheimer, una enfermedad neurológica de la que nuestro país tiene una de las mayores tasas, con alrededor de 800.000 personas diagnosticadas. En la situación actual, con la crisis del coronavirus, que no permite que los pacientes vean a sus familiares, la enfermedad se está deteriorando a una velocidad mucho mayor.
Suele detectarse en pacientes de más de 60 años y afecta principalmente a la memoria y a la capacidad de valerse por uno mismo. Carmen Antúnez, directora de la Unidad de Demencias del Hospital Virgen de la Arrixaca, explica que suele comenzar por un problema en la memoria, pero también puede desembocar en síntomas depresivos, irritabilidad, insomnio y problemas en la alimentación.
El Alzheimer provoca que las capacidades de la persona afectada se pierdan de manera progresiva. Carmen Antúnez asegura que, debido a la pandemia, se está perdiendo la estimulación de estas personas, algo que resulta fundamental para evitar que la enfermedad empeore. Pide que se permita que salgan al aire libre, con todas las medidas de seguridad necesarias. Aunque una persona con Alzheimer no sepa expresar con palabras lo que le ocurre, Antúnez sostiene que su cerebro emocional sigue vivo prácticamente hasta el final. Por esto, tener contacto con las personas a las que quiere es necesario para estimularle y, también, para que se encuentre bien y en calma. La soledad solo puede empeorar su situación.
El diagnóstico del Alzheimer no es fácil y es importante hacerlo antes de que la persona haya desarrollado por completo la enfermedad. Antúnez explica que las lesiones que llevan a los síntomas que se detectan se producen desde años anteriores. Es una enfermedad con un alto componente genético. Hay un pequeño grupo de personas que heredan el Alzheimer a una edad joven, pero la gran mayoría suele empezar con 64 años. A pesar de esto, hay formas de prevenir la enfermedad o retrasarla lo máximo posible. Carmen Antúnez afirma que si cambiaramos los estilos de vida, en unos años existirían un 40 o 50% menos de enfermos de Alzheimer.
Se trata de una enfermedad que no solo afecta al que la desarrolla, también a todo su entorno familiar. En algunos casos, se produce el síndrome del cuidador, debido a la sobrecarga que supone la nueva situación, tanto física como emocionalmente. Sara Ros, psicóloga de la Asociación de Alzheimer de Familiares y Amigos de Torrevieja, explica algunos de los problemas que pueden presentar estas personas.
La psicóloga añade que es importante para los familiares pedir ayuda e informarse a través de los neurólogos, para poder enfrentar la situación y ayudar al enfermo lo máximo posible. También hay talleres y charlas, como los que organiza la Asociación, que dan las claves para el cuidado y la aceptación de la enfermedad. Ros aconseja que se reconozca el sentimiento, se procese con tiempo, sin juzgarse y aceptando que tenemos derecho a equivocarnos.
En la Asociación han observado que la mayoría de usuarios han avanzado en la enfermedad durante el confinamiento. Por el miedo al contagio, muchos han abandonado sus tratamientos y rutinas, lo que les ha afectado tanto a nivel cognitivo como en problemas de ansiedad o irritabilidad. Tampoco comprenden muy bien lo que está ocurriendo.
Paula Argote se dedica al cuidado de personas mayores y ha tratado con ancianos que tenían Alzheimer. Ella cuenta que la enfermedad va avanzando poco a poco hasta que terminan por olvidar a las personas de su entorno. También se van deteriorando físicamente hasta ser completamente dependientes. Por este motivo, dice que es esencial tratar con mucho cuidado y delicadeza a los enfermos, para no dañarlos, ya que en muchas ocasiones no pueden expresarse ni contar lo que les ocurre. La cuidadora lo tiene claro: lo más importante es darles mucho cariño, besos y tratarlos con mimo. De esa forma, se estimulan, responden y se tranquilizan.
Hoy es un día para reivindicar la importancia de invertir en el estudio del Alzheimer, la enfermedad del olvido, que afecta al paciente, pero también a todos sus seres queridos.
