Los ancianos en algunas residencias están muy desorientados y las tareas de higiene sufren continuos retrasos. Entre las quejas del personal desplazado por el SMS, falta de protocolos o jornadas de 120 horas en 15 días
PACO MARTÍNEZ | REDACCIÓN. Murcia
La situación por la que atraviesan los ancianos que viven en algunas de las residencias de mayores en la Región está muy lejos de ser la ideal. En los centros que han sufrido brotes de covid la intervención de los equipos del Servicio Murciano de Salud ha servido para recuperar el control de la actividad básica, pero se siguen produciendo circunstancias poco deseables.
Por lo que nos cuentan, buena parte de los ancianos que viven en esas residencias están muy desorientados y las tareas para garantizar la higiene personal de los más dependientes sufren constantes retrasos. Hay muchos rumores, pero muy pocas denuncias públicas de las condiciones en las que estos ancianos están viviendo. Nosotros hemos podido hablar con una persona que forma parte del dispositivo del Servicio Murciano de Salud que ha intervenido en algunas de esas residencias.
Nos ha pedido que le mantengamos en el anonimato, así que no le pondremos nombre y escucharán su voz deformada. Cuenta que hay muchos residentes que sufren las consecuencias de tener que vivir aislados en su habitación, sin apenas contacto con otras personas y que han dejado de ver a los enfermeros y cuidadores a los que conocían. Si a eso se le suma que se les cambia de habitación con más frecuencia de la deseable, es lógico entender el grado de desorientación que muchos de ellos sufren.
El personal de los grupos CORECAS, los equipos organizados por el Servicio Murciano de Salud y el IMAS para retomar el control de las residencias más afectadas por el COVID, hace lo que puede en esas malas condiciones laborales y de organización de las que les hablábamos antes. Y esa descoordinación también se nota en la atención a los residentes, sobre todo a aquellos que necesitan de ayuda para tareas básicas de aseo personal.
SITUACIÓN DE LOS TRABAJADORES
De poco sirve un plan de rescate si solo tapa agujeros y no se atiende a necesidades estructurales. Lo dicen desde UGT, donde reciben quejas de los trabajadores sobre jornadas inacabables, falta de ropa y de lugares adecuados para el aseo o para comer en condiciones. Lo denuncia personal del Servicio Murciano de Salud desplazado a las residencias privadas intervenidas.
Juan Crevillén, de UGT-Sanidad, asegura a Onda Regional que él mismo dudaría en dejar un familiar en la residencia. En las privadas la ratio es de 25 trabajadores por 100 usuarios.
De las 200 personas que el Servicio Murciano de Salud ha desplazado a residencias intervenidas, las quejas incluyen la falta de protocolos, ausencia de vestuario adecuado y jornadas de 120 horas en 15 días. Carecen además de las tres mudas necesarias para no deshidratarse y cambiarse el traje EPI cada 3 horas.
Sin contar con algunos casos en los que, según Juan Crevillén, se está aprovechando la llegada del refuerzo de la Comunidad Autónoma para dar libranzas atrasadas al personal de las residencias. Es una situación que Crevillén califica de "maltrato".