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Un estudio de Facua deja a Murcia como la ciudad peninsular con el agua más cara

Los murcianos pagan 26,27 euros al mes por metro cúbico, 12 más que la media nacional. Rubén Sánchez explica que "asumimos que en Murcia es más difícil distribuir el agua, pero la diferencia es brutal. Se paga demasiado"

18 DIC 2020 - 20:43
Un estudio de Facua deja a Murcia como la ciudad peninsular con el agua más cara
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Un estudio de Facua deja a Murcia como la ciudad peninsular con el agua más cara
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JOSÉ A. VERA

Los habitantes de la ciudad de Murcia pagan una media de 26,27 euros al mes el metro cúbico, sólo superados en el ranking nacional por Ceuta, y 12 euros por encima de la media nacional, que es de 14,83. En las antípodas, los habitantes de León, que sólo pagan 4,83 en estas circunstancias. En la capital de nuestra Región se cuenta con una empresa Mixta, con capital público y privado, y aunque el coste puede llegar a entenderse en cierta medida, desde Facua su secretario general, Rubén Sánchez, cuenta a Onda Regional, que "realmente es algo ya histórico. Murcia siempre estaba entre las más caras, pero ya es la más cara de la península. Asumimos también que es más difícil acceder al agua y suministrarla respecto a otras ciudades, pero la diferencia al alza es tan brutal que creemos que el murciano está pagando demasiado".

El estudio se ha realizado con 57 ciudades: capitales de provincia, ciudades autónomas, casos de núcleos poblacionales que sean punteros en sus provincias y también capitales regionales. Una solución propuesta por Facua, que ya se aplica en ciudades como Sevilla o Málaga, sería un sistema progresivo de tarificación en función de los habitantes de cada vivienda: "Más allá de que el precio sea justo, también que sea progresivo. No tiene ningún sentido que a una familia la penalicen por derrochar y a lo mejor tiene siete miembros. O a alguien que vive solo le bonifiquen por ahorrar. O también que sea una segunda residencia, no ocupada habitualmente".

Existen descuentos tradicionales como reducción por discapacidad o familia numerosa. Pero, en este último apartado, Rubén Sánchez recuerda que hay muchas viviendas en los que, sin un libro de familia de por medio, también hay más gente y, por tanto, más consumo: "Pisos compartidos como Inmigrantes, estudiantes, o familias de un matrimonio con un hijo y alguno de los abuelos... esa unidad familiar no tienen protocolo de bonificación en un consumo racional. Lo más justo sería valorar cuánta gente vive en el inmueble y tarificar por habitante".

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