Ana Allende, investigadora del Centro de Edafología y Biología Aplicada al Segura, dependiente del CSIC, dice que "la Comisión Europea está muy interesada en implantar el sistema de forma generalizada"
PACO MARTÍNEZ. Murcia
La recuperación de algunas de las medidas restrictivas como la ampliación de la vacunación a la población infantil son decisiones que no son ajenas a la amenaza que parece dibujar la extensión de la variante ómicron, que todos los informes previos coinciden en identificar como mucho más contagiosa que la mutación delta, que ha sido la dominante en España en estos últimos meses.
Desde que se dió la primera voz de alarma en Sudáfrica, todos los sistemas de detección se esfuerzan en tratar de identificar la llegada de la variante ómicron. Y uno de esos sistemas, que se ha revelado extraordinariamente eficaz desde el inicio de la pandemia, es el que analiza la presencia de restos del coronavirus en las aguas residuales. En la Región de Murcia ese mecanismo está implantado en las estaciones depuradoras de doce municipios, pero la red se va a ver reforzada por la decisión del Ministerio de Transición Ecológica de establecer dos o tres medidores más en nuestra comunidad.
Una de las investigadoras que impulsaron este sistema de vigilancia que ahora ya está implantado en toda España es Ana Allende, del CEBAS, el centro que el Consejo Superior de Investigaciones Científicas tiene en Murcia. Allende nos ha contado que "están analizando detenidamente las muestras obtenidas en los últimos días en la Región de Murcia para tratar de localizar la presencia de la variante ómicron como ya ha ocurrido en Barcelona". Su pronóstico es que esa mutación aparecerá en Murcia probablemente durante este mismo mes de diciembre:
"La idea de utilizar el análisis de las aguas residuales como sistema de detección precoz de una amenaza biológica se ha extendido con éxito por toda Europa", hasta el punto, nos dice Allende, de que la Comisión Europea está muy interesada en implantarlo de forma generalizada y con carácter permanente, porque lo aprendido durante esta pandemia puede ser muy útil de cara al futuro.
Aunque donde el sistema puede ser una auténtica revolución es en aquellos países en vías de desarrollo cuyos sistemas sanitarios están mucho menos desarrollados que los que existen en Europa. En territorios donde la capacidad de las autoridades para realizar pruebas PCR e identificar brotes es mucho menor, la vigilancia sobre las aguas residuales puede ser "la salvación".