La práctica totalidad de los contagios que se están detectando en la Región son ya de la variante británica y, al ser más contagiosa, exige medidas de prevención más rigurosas y asilamientos más prolongados
PACO MARTÍNEZ. Murcia
La práctica totalidad de los contagios de coronavirus que se están detectando en la Región son ya de la denominada cepa británica que, según el doctor Abel Novoa, ha desplazado por completo al virus original. Novoa, que coordina a los equipos de intervención del CORECAAS que están actuando en la zona de Torre Pacheco, nos ha explicado que están tratando de ser muy exhaustivos en el análisis de ese municipio porque, por su tamaño, podría ser el lugar "donde se conciera la cuarta ola" para toda la Región.
El responsable de esa intervención se muestra optimista: otras intervenciones similares desarrolladas en los últimos meses en San Pedro del Pinatar o Totana permitieron controlar los brotes. Ahora, además, contamos a nuestro favor con la llegada del buen tiempo, que nos permite trasladar los encuentros sociales al aire libre reduciendo el riesgo de manera muy significativa.
De momento, nos cuenta, los resultados de la intervención en Torre Pacheco están siendo magníficos. Están recorriendo casa por casa los puntos más sensibles para identificar los casos y, sobre todo, las condiciones en las que viven, que en muchos casos impiden que los enfermos guarden cuarentena. Nueve pacientes han aceptado ya ser trasladados al albergue de La Charca, en Totana, en donde pasarán diez días en unas condiciones casi ideales: en un recinto cerrado pero con muchos espacios al aire libre en el que los enfermos no tienen limitaciones para relacionarse entre ellos. Para el resto, es importante hacerles ver que la cepa que circula en el municipio es la británica, que al ser más contagiosa exige medidas de prevención más rigurosas y aislamientos más prolongados.
Desde ese punto de vista, a Novoa le parece que "tiene sentido" que la comisión de Salud Pública haya recomendado hoy endurecer las restricciones e imponer el cierre completo del interior de bares y restaurantes en los territorios que alcancen tasas de incidencia superiores a los 150 casos por cada 100.000 personas.
Dicho esto, el futuro -en su opinión- no pasa por aplicar las mismas medidas a todos los establecimientos. Dice Abel Novoa que le consta que las autoridades ya han empezado a trabajar en una normativa que permita aforos adaptados a las condiciones del cada local. Condiciones, explica, que cualquier cliente podría comprobar si el establecimiento dispusiera de un medidor de CO2, que es un aparato sencillo y barato.
