El profesor de la UMU que modeliza la expansión del virus sostiene que hasta abril persistirá el riesgo de que los contagios se descontrolen en la región y alerta del peligro que implica relajar las restricciones
REDACCIÓN. Murcia
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Los modelos matemáticos concluyen que la región seguirá al menos hasta el mes de abril bajo la amenaza de que los contagios vuelvan a descontrolarse, más aún si el crecimiento de la cepa británica es -como sospechan los expertos- mayor de lo que indican los datos oficiales. Por eso el profesor de física de la Universidad de Murcia Antonio Guirao pide que no se relajen las medidas restrictivas, aunque teme que los análisis que realiza para el Instituto Carlos III, como ocurre con otros muchos estudios, no sean tenidos en cuenta a la hora de tomar decisiones políticas. Guirao cree que en España "hemos fracasado como sociedad" en la gestión de esta pandemia.
Las matemáticas son muy contundentes. Aunque en la región podamos tener una sensación de "falsa seguridad" porque las cifras han mejorado mucho en las dos últimas semanas, lo cierto es que seguimos multiplicando por cinco las tasas de incidencia que la Unión Europea considera aceptables. Ese escenario no mejora con la vacunación, porque de aquí a finales de marzo no habremos inmunizado ni al diez por ciento de la población. Muy pocos, dice Guirao, para que actúen de cortafuegos frente a una cuarta ola. Así que la región seguirá estando en una ventana de riesgo al menos hasta abril.
Lo razonable sería que la región mantuviera invariables unas restricciones estrictas y no iniciara ningún tipo de desescalada. Más aún si contamos con el riesgo que representa la cepa británica, que bien podría estar extendiéndose sin ser detectada y que, de generalizarse, restaría mucha eficacia a las medidas que ahora tomamos para evitar contagios.
Guirao lamenta que las administraciones hagan poco o ningún caso de los análisis que, desde distintos puntos de vista, están recomendando no relajar las medidas. Cree que nuestro país ha perdido la oportunidad de aprovechar el esfuerzo científico que se ha volcado en el estudio de la pandemia, para definir un verdadero plan con el que adelantarse a los acontecimientos. Y asegura que ni siquiera los datos que facilitan la consejería de Salud o el Ministerio de Sanidad son del todo fiables para elaborar un modelo predictivo eficaz. Por eso concluye que hemos "fracasado como sociedad".