Gema Pérez Gomariz, rastreadora del Ayto. de Murcia y encargada del seguimiento de los casos identificados en los cuerpos y fuerzas de seguridad dice que "en circunstancias parecidas hay puestos de la Guardia Civil"
REDACCIÓN. Murcia
Uno de los puntos donde se ha registrado un notable incremento de casos en los últimos días es la Academia General del Aire de San Javier. Allí, cerca de cuarenta personas, entre militares y trabajadores civiles, están contagiados de COVID. Aunque la situación está siendo tratada como si se tratara de un brote, en realidad el origen de los contagios es de lo más diverso.
Gema Pérez Gomariz, rastreadora del Ayuntamiento de Murcia, colaboradora del servicio de epidemiología y encargada del seguimiento de los casos identificados en los cuerpos y fuerzas de seguridad. Dice que "en la Academia se han sumado contagios internos, con otros producidos en los ámbitos más diversos, que se dispararon después del Puente de la Constitución". Añade Pérez que "circunstancias parecidas, se han empezado a observar en puestos de la Guardia Civil en los que, hasta ahora, tampoco eran habituales los brotes de covid".
Lo que hay en el fondo es una constante que caracteriza a esta fase de la pandemia a diferencia de lo que ocurría en olas precedentes, cuando los contactos sociales estaban muy limitados, ahora hay libertad de desplazamientos y existe la posibilidad de participar en reuniones más numerosas o de asistir a actos multitudinarios. Todo eso complica mucho las labores de rastreo, por un lado, dificulta la identificación de las circunstancias en las que se produjo el contagio; por otro, multiplica las posibilidades de que la enfermedad se haya extendido a otras personas.
Un ejemplo paradigmático es lo que ocurre con las cuarentenas antes, los contactos directos de un positivo confirmado tenían que guardar aislamiento domiciliario durante al menos diez días. Ahora pueden moverse libremente, aunque se les pide que vigilen la aparición de síntomas y que eviten relacionarse con personas vulnerables.
