La refinería ha destinado unos 15 millones de euros a este cese de la actividad programado en Cartagena, que durará un mes, y servirá para mejorar la eficiencia energética de los equipos
EVA CABALLERO. Cartagena
Entre 400 y 500 operarios trabajarán a diario en la parada de la refinería de Cartagena que comienza esta semana y que costará a Repsol unos 15 millones de euros.
Los trabajos comienzan en siete unidades de la planta de lubricantes y se prolongarán durante un mes.
Al personal de la compañía se suman los operarios de una treintena de empresas auxiliares, el 70% de Cartagena, según el director Antonio Mestre.
Durante esta parada, la fábrica de lubricantes de Repsol se someterá a nuevas inversiones para aprovechar mejor la energía y ser más respetuosa con el medio ambiente. En concreto, en uno de los hornos se va a sustituir parte de la estructura de hormigón por fibra.
En la unidad de lubricantes de Cartagena se obtienen las bases de aceites para uso doméstico y exportación; parafinas que se emplean en industrias como la textil, alimentaria y cosmética; betunes para pavimentación o la base de los neumáticos.