Abel Novoa, médico de familia: "Los residentes no tienen médico de cabecera (...) ni un sistema de información compartido" para conocer su historial médico
ANA R. GÓMEZ. Murcia
El equipo de atención sanitaria pública para las residencias en la Región de Murcia prepara nuevos objetivos adaptados a la realidad después de la COVID-19. El éxito de esta experiencia, medida en mejores resultados y menos letalidad en comparación con otras autonomías, ha sido muy apreciado en el Congreso Nacional de la sociedad de Medicina Familiar y Comunitaria, celebrado por la semFYC este fin de semana en Palma de Mallorca.
La pandemia ha hecho evidente la falsa creencia de que nuestros mayores tienen atención médica en las residencias. Abel Novoa, miembro del equipo CORECAAS del Servicio Murciano de Salud, recuerda que es vital dar continuidad y visibilidad al historial clínico que cada persona va elaborando con su propia salud a lo largo de la vida.
CORECAAS son las siglas de la Coordinación Regional Estratégica para la Cronicidad Avanzada y la Atención Sociosanitaria. Novoa confía en que siga su trabajo, no solo para atender a los mayores, sino a las personas frágiles en general.
Durante la pandemia se ha revelado indispensable la actuación rápida de este equipo, formado por dos médicos de familia, una enfermera, una trabajadora social y dos mediadores culturales. Ahora son una especie de pepito grillo que señala las carencias de las residencias sociosanitarias:
En el Congreso de los médicos de familia se han presentado cuatro comunicaciones en torno a la labor de detección y actuación específicas impulsadas por la gerencia del Servicio Murciano de Salud para buscar soluciones no son solo sanitarias, sino también sociales y económicas. El médico Abel Novoa también ha contado la experiencia de un lugar como La Charca, en Totana, donde atendieron distintas vulnerabilidades: discapacitados, mayores, gente sin hogar, inmigrantes... todos cuidaban unos de otros.
