La sentencia del Supremo ha sido ganada por CCOO, que avisa de movilizaciones en Murcia si no hay acuerdo con el convenio colectivo. Los hosteleros mantienen distintas opiniones respecto a la idoneidad de las propinas
ANA R. GÓMEZ. Murcia
La propina no es solución para conseguir elevar los sueldos en la hostelería, aunque esa costumbre no puede retirarse sin negociación, según la sentencia ganada por Comisiones Obreras. En Murcia los sindicatos exigen negociar un nuevo convenio y, en caso contrario, aseguran que volverán las movilizaciones.
El Tribunal Supremo califica las propinas como "condición de trabajo". Aunque no son parte del salario, la empresa no puede retirar el popular "bote" sin negociarlo, y así ha ocurrido en el caso de la empresa que gestiona las cafeterías de la sanidad pública de Asturias, que informaba en un cartel de que no aceptaban propinas.
España, como casi toda Europa, incluye el servicio en la factura, y no es obligatoria la propina. En cambio, es una costumbre convertida en obligación en Estados Unidos, donde no hay un sueldo fijo en el sector hostelero.
Entre los hosteleros de la Región de Murcia, distintas opiniones. El gerente de Gastrobar Barra 6, Antonio López, considera que la propina debería ser obligatoria y, como mínimo, del diez por ciento de la minuta. Para Jesús Jiménez, de Hostecruz, la patronal hostelera de Caravaca, la propina premia un buen servicio, y un buen cálculo estaría entre el 5 y el 10 por ciento del total. En cambio, Jose Miguel Vallecillos, vocal de Hosteáguilas, cree que la propina no es solución, y apunta que hay que dignificar la profesión y las condiciones laborales.
El quid de la cuestión, cuántas horas, descansos, salario, todo lo que constituye un trabajo digno, quizá está detrás de la falta de mano de obra. Vallecillos no se quiere poner como ejemplo, pero lo cierto es que las condiones de sus trabajadores suenan a excepción.
Mientras, la secretaria general de la Federación de Servicios de Comisiones Obreras RM, Teresa Fuentes, explica que el salario medio de la hostelería murciana es el salario mínimo interprofesional. Eso significa unos 950 euros mensuales brutos. Son, según Fuentes, los nuevos pobres con trabajo, los que no llevan una vida digna porque no saben seguro si llegarán sin deudas a final de mes.
Con un alto nivel de economía sumergida, es decir, contratos por menos horas de las realmente trabajadas, los expedientes extraordinarios durante la pandemia han supuesto cobrar el 75 por ciento del salario realmente cotizado, cantidades que han llevado a muchas familias a las colas de reparto de comida. Por eso, desde los sindicatos recuerdan que septiembre será la fecha clave para cambiar las condiciones de 35 000 trabajadores de la Región, o para que vuelvan las movilizaciones a la hostelería.
