Un estudio del CES alerta de una doble brecha tras la pandemia: económica y de género. Y añade que la afección emocional vivida puede derivar en problemas crónicos de salud mental como estrés, depresión o ansiedad
ELVIRA SÁNCHEZ. Murcia
Tres de cada diez familias de la Región presentan baja capacidad para afrontar los efectos adversos de la crisis sanitaria, social y económica generada por la pandemia del covid, lo que puede derivar en una ola de problemas emocionales y salud mental.
Así consta en un informe del Consejo Económico y Social de la Región, basado en 516 encuestas a familias y 25 entrevistas a expertos, que fueron realizadas en dos periodos: en Navidad, cuando se relajaron las restricciones, y durante la segunda quincena de febrero y primera de marzo, con una intensificación de las limitaciones.
La coordinadora de este estudio, la catedrática de Psicología de la Universidad de Murcia, María Dolores Hidalgo, ha alertado de la aparición de una doble brecha tras la pandemia: económica, debido al aumento del desempleo y los ERTE y la dificultad para acceder al mercado laboral, y de género, debido a la mayor implicación de las mujeres en los cuidados de los hijos.
Según este informe, casi el 66 % de los encuestados manifestó un grado importante de afección emocional por las consecuencias de la pandemia, lo que puede derivar en problemas crónicos de salud mental, con cuadros de ansiedad, estrés y depresión. Sin embargo, la coordinadora del estudio ha aclarado que es posible que haya una recuperación generalizada con la relajación de las restricciones, pero sin descartar trastornos por estrés postraumático. María Dolores Hidalgo.
El informe analiza también los cambios percibidos en los menores debido al confinamiento y las medidas de distanciamiento social, incrementándose la ansiedad (en un 45% de los encuestados), la tristeza (44 %), el enfado (51 %), la dificultad de concentración (34 %) y los problemas de sueño (31 %).
Asimismo, el 66 % de los menores volvió ilusionado al colegio tras el confinamiento, pero un 19 % abogaba por seguir quedándose en casa y un 6% tenía miedo de regresar al aula.
