La ong Advis acumula casos de mujeres solas con hijos, sin recursos para pagar una vivienda. Especialmente duro ha sido encontrar casa para una familia a la que no alquilaban por ser extranjeros
ANA R. GÓMEZ. Murcia
El acceso a una vivienda de alquiler es una meta difícil para quien no tiene trabajo, y las ayudas sociales solo son posibles con un contrato de alquiler. Son dificultades añadidas, minetras este mes de febrero termina la moratoria para los desahucios.
El escudo que ha supuesto el freno a los desahucios como medida extraordinaria debido a la pandemia se termina el 28 de febrero. Asociaciones como ADVIS temen que se desborden, no solo sus escasos recursos, sino también los de la Administración, según nos cuenta su portavoz, Charo Tárraga.
Ella nos cuenta casos como el de una familia marroquí que necesitaba una casa en condiciones para albergar a dos hijas en situación terminal. El problema no era la residencia o el salario. No encontraban alquiler a causa del racismo.
Otras situaciones, que van en incremento, son las amenazas de desahucio a mujeres separadas con hijos a su cargo y sin empleo. Para unas, se trata de hacer frente a una hipoteca que no pueden pagar porque el exmarido no pasa la pensión. Para otras, la desesperación de haber ocupado un inmueble vacío, para que los hijos no duerman en la calle.