Las ventas para ver los desfiles van a buen ritmo aunque los clientes muestran su asombro porque, en pleno siglo XXI, no puedan comprar los tickets por internet o que los vendedores vayan sin datáfono
EVA CABALLERO. Cartagena
La venta de sillas para las procesiones de Cartagena va a buen ritmo. La empresa de siempre, Sillas Gil, recuerda que si llueve, el dinero no se devuelve.
Es lo que más preguntan los ciudadanos que hacen cola en la plaza San Sebastián para hacerse con la primera fila en los desfiles más importantes de californios y marrajos. Según el vendedor, si la procesión se moja, el dinero no se recupera porque la empresa monta las sillas igualmente.
En pleno siglo XXI los clientes muestran su asombro porque no pueden comprar las sillas por internet y porque los vendedores no llevan datáfonos.
Con todo, el público asume los precios, 7 euros la silla más cara, por ejemplo, para miércoles o Viernes Santo. La mayoría repite para ver cómodamente la procesión.