El sacerdote José Cervantes, coordinador el proyecto, insiste en la situación de abandono que sufren muchos menores en ese país, que generalmente se ven abocados a la delincuencia, la drogadicción, la cárcel o la muerte
REDACCIÓN / AGENCIAS. Murcia
Unos 380 niños y adolescentes que vivían en Bolivia en situación de calle, sin ningún apoyo familiar o escolar, han salido de la marginalidad e incluso algunos de ellos han llegado a cursar estudios universitarios gracias al proyecto de acogida Oikía que impulsa Cáritas en el país andino.
El sacerdote José Cervantes, que coordina el proyecto nacido en septiembre de 2007, ha presentado esta mañana la iniciativa al consejero de Transparencia, Antonio Sánchez, ya que ese es una de las actuaciones a las que la consejería aporta financiación anual. Cervantes ha puesto el foco en la dura situación de abandono que sufren muchos menores en Bolivia, que generalmente se ven abocados a la delincuencia, la drogadicción, la cárcel o la muerte.
El proyecto Oikía cuenta con una casa de acogida que es un espacio flexible, ha dicho, en el que estos niños pueden entrar y salir voluntariamente y participar en programas y talleres para, poco a poco, recuperar su dignidad y conseguir su inserción social. Tiene capacidad para alojar a entre 15 y 20 personas a las que se da en primer lugar una cobertura de sus necesidades básicas de alimentación y vestido además de ofrecerles un techo. También se les aporta educación para recuperar su asistencia a la escuela, así como todo tipo de talleres deportivos, recreativos y lúdicos.
El consejero ha puesto en valor este proyecto, además de otros dos que ha conocido también hoy, sobre alimentación a refugiados en la República Democrática del Congo y sobre voluntariado, ya en la Región de Murcia. La comunidad autónoma aporta un total de 32.000 euros a esas tres iniciativas.
En la Región de Murcia, Cáritas cuenta con 169 centros en los que se presta atención a unas 30.000 personas a través de una red de 200 trabajadores y más de 3.000 voluntarios.
