En el registro practicado en la localidad de El Palmar han sido asistidas ocho mujeres. Las mujeres captadas eran amenazadas y coaccionadas para la práctica de servicios sexuales y laborales
REDACCIÓN
Agentes de la Policía Nacional han detenido en Murcia siete personas, integrantes de una red de explotación sexual de ocho mujeres extranjeras, quienes sufrieron amenazas para ejercer la prostitución e, incluso, fueron atemorizadas con someterlas a conjuros e invocaciones de espíritus.
Fuentes policiales han señalado que los arrestados -tres mujeres y cuatro hombres-, de nacionalidades española, hondureña y colombiana, ya habían sido detenidos en 2018 por hechos similares, pasando a disposición judicial tres de ellos, mientras que los otros cuatro han sido puestos en libertad con cargos.
Los integrantes de esta red están acusados de trata de seres humanos con fines de explotación sexual y laboral; prostitución; favorecimiento de la inmigración ilegal; delitos contra los derechos de los trabajadores y contra la salud pública; tráfico de drogas; quebrantamiento de medida cautelar y pertenencia a organización criminal.
La investigación policial se inició tras una denuncia anónima al correo electrónico de la Policía Nacional sobre la trata de personas, en la que se alertaba de que una pareja se dedicaba a explotar sexualmente a mujeres de origen latino y que se encontraban en situación irregular en España.
El texto detallaba que las víctimas eran obligadas a trabajar a todas horas y les suministraban sustancias estupefacientes, tanto a las mujeres como a los clientes, con el fin de alargar los servicios.
Los agentes, tras localizar el local donde eran prostituidas las mujeres, identificaron a los principales responsables de la banda, que ya habían sido detenidos en ocasiones anteriores por hechos similares, ya que habían regentado otros prostíbulos en distintas localidades de Murcia, al menos, desde 2018.
Además, los investigadores localizaron a varias de las víctimas explotadas, quienes aportaron información sobre el funcionamiento y la gestión del establecimiento investigado.
Así, una de ellas detalló que había sido captada en su país de origen, Honduras, y posteriormente trasladada a España por esta organización para su explotación laboral y sexual. Las víctimas relataron a los investigadores cómo se contactaba con las mismas en su país de origen, cómo las hacían contraer una elevada deuda por su desplazamiento a España, en torno a 2.000 euros, por lo que tenían que prostituirse para saldar esta cantidad de dinero.
En el caso de que las chicas se negasen a hacer frente a ese pago a través del ejercicio de la prostitución, los detenidos llegaban a amenazar a sus familiares en sus países de origen o las chantajeaban con contar a sus allegados que se dedicaban al ejercicio de la prostitución.
Las mujeres incluso eran amedrentadas con conjuros o invocaciones de espíritus, destacando la Pomba Gira, un espíritu afrobrasileño que suele ser venerado por proxenetas para tener atadas a las chicas captadas, y que son tradiciones muy arraigadas en los países latinos, especialmente Brasil, país del que eran originarias algunas de las víctimas.
Además de los gestores del prostíbulo, la organización contaba con colaboradores, personas con funciones bien definidas, como el traslado y control de las víctimas, el contacto con los clientes para concertar los servicios sexuales y la adquisición de sustancias estupefacientes.
Finalmente, la Policía Nacional arrestó a la pareja responsable y a cinco colaboradores tras registrar una vivienda de El Palmar (Murcia), mientras que la ONG APRAMP (Asociación Para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida) se encargaron de asistir a ocho víctimas.
En la casa se encontró un altar de santería, documentación relacionada con la investigación que evidenciaba la explotación sexual y laboral, diversos dispositivos electrónicos, y se intervinieron tres vehículos
