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El Banco de España enfría las expectativas del Gobierno y recorta el crecimiento para 2023 al 1,4%

Dispara la inflación al 8,7% en 2022, un punto y medio más, y retrasa a 2024 la recuperación del nivel prepandemia

SUSANA AZPARREN
05 OCT 2022 - 14:30
El Banco de España recorta el crecimiento para 2023 al 1,4%
Fachada del Banco de España en una imagen de archivo. EUROPA PRESS
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El Banco de España enfría las expectativas del Gobierno y recorta el crecimiento para 2023 al 1,4%
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El Banco de España ha rebajado 1,5 puntos porcentuales la previsión de crecimiento de la economía para 2023, hasta el 1,4%. La tasa de inflación del próximo año se situaría en el  5,6%, 3 puntos más de la prevista en el mes de junio, debido a la evolución de los precios de la energía. Y en cuanto a este año, ha disparado sus previsiones inflacionistas de 2022 desde una media prevista del 7,2% al 8,7%.

Estos son algunos de los datos incluidos en el último informe trimestral sobre la situación de la economía española. La recuperación económica tras la pandemia no comenzará a ser efectiva hasta 2024. 

Las previsiones que maneja el Banco de España son diferentes a las que ha proyectado el Gobierno central en sus presupuestos generales de 2023. Hay una diferencia de crecimiento de la economía de siete décimas. Esto puede suponer que el ejecutivo no disponga de 8.000 millones de euros como tiene previsto en los presupuestos. 

El encarecimiento de la energía, que se ha ido extendiendo a los bienes y servicios de la cesta de consumo, ha reducido el poder de compra a las familias y ha elevado los costes a las empresas.

Para este 2022 el informe contempla un avance del PIB del 4,5 %, que es cuatro décimas más que en las previsiones de junio, como consecuencia de un avance más intenso del PIB en el segundo trimestre por la fortaleza de las exportaciones de servicios turísticos.

La actividad recobrará vigor a partir de la primavera 

De cara a los trimestres más inmediatos, los elevados precios del gas y de la electricidad afectarán adversamente a la actividad económica, aunque el Banco de España no prevé racionamientos severos del gas ante la completa interrupción del suministro procedente de Rusia.

La actividad recobraría vigor creciente a partir de la primavera gracias al alivio gradual de las tensiones en los mercados de la energía, la resolución paulatina de las alteraciones en las cadenas de aprovisionamiento global y un mayor despliegue relativo de los fondos vinculados al programa 'Next Generation EU'.

El organismo advierte, no obstante, de que se está desarrollando con un "cierto retraso" con respecto a las proyecciones de junio. Ahora el Banco de España estima que los fondos que llegarán este año serán de unos 12.000 millones, frente a los más de 20.000 millones que preveían anteriormente.

De su lado, los flujos turísticos procedentes del exterior, que ya han recuperado prácticamente los niveles previos a la crisis sanitaria, actuarán también como soporte de la actividad, aunque su dinamismo se verá moderado en el corto plazo por los efectos del repunte inflacionista sobre las rentas reales de los potenciales turistas.

Dispara la inflación en 2022 y 2023

En cuanto a la inflación, el Banco de España ha disparado sus previsiones de 2022 desde una media prevista del 7,2% al 8,7% para este año. Además, las perspectivas empeoran de cara a 2023, cuando el IPC se situará en el 5,6%, tres puntos más respecto a la anterior previsión. En 2024, se estiman tasas del 1,9%, superior en una décima a la previsión anterior.

Al contrario que el IPC general, no se espera que la inflación subyacente descienda desde sus elevados niveles actuales hasta la próxima primavera. La razón es que, en los próximos meses, continuará completándose la traslación de los recientes incrementos de costes de las empresas a sus precios de venta.

Y es que el componente subyacente alcanzará el 3,9% este año, frente al 3,2% anterior, y se moderará hasta el 3,5% en 2023 --más elevado del 2,2% de la pasada estimación-- y al 2,1% en 2024, superior en una décima respecto a la previsión pasada.

Un elemento que ha contenido la dinámica inflacionista en los últimos meses son las actuaciones puestas en marcha por las autoridades precisamente para limitar los efectos de ese aumento del precio del gas.

En concreto, se estima que, en agosto, estas medidas contribuyeron a reducir la tasa de inflación general en algo más de 2 puntos porcentuales. De esta cuantía, aproximadamente la mitad se corresponde con el efecto del mecanismo para limitar el precio del gas utilizado en la generación de electricidad.

Mejores previsiones de déficit y deuda

En cuanto a la evolución del empleo, la institución ha mantenido la previsión para este año, en el que espera una tasa media de paro del 12,8%, aunque subiría ligeramente al 12,9% en 2023 y terminaría 2024 en el 12,4%.

De su lado, el organismo mejora sus estimaciones de ingresos y gastos para este año, ya que el déficit público quedará en 2022 en el 4,3% del PIB, frente al 4,6% previamente estimado. Además hay mejores perspectivas también para 2023, con una tasa del 4% frente al 4,5% previo, pero empeora una décima la de 2024 al 4,3%.

De su lado, ha mejorado sus estimaciones para la deuda en 2022, tras situarla ahora en el 113,3% del PIB, frente al 114,9% previsto anteriormente. De cara a 2023, la deuda se situará en el 110,7% del PIB, mejor que la estimación previa del 113,2%, y en 2024 bajará del umbral de 110% y se colocará en el 109,9%, mejor que en las previsiones anteriores (112,5%).

El principal riesgo para la economía española se deriva de la evolución del mercado del gas y de su manifestación tanto a través de la evolución de los precios, como de las cantidades. Bajo el escenario desfavorable de precios, el nivel del PIB en 2024 sería un punto inferior al implícito en las actuales proyecciones, mientras que la inflación sería 1,1 puntos más elevada en 2023 y cinco décimas superior en 2024

Además, el organismo advierte de las incertidumbres asociadas al grado de traslación de los aumentos de precios y costes recientes al resto de los precios de la economía y a los salarios.

En este sentido, avisa de que la intensidad con la que está teniendo lugar la transmisión de los mayores costes de producción a los precios finales en los últimos meses "habría elevado la probabilidad de que se desencadenen efectos de segunda vuelta o de realimentación entre precios y salarios significativos", y, por tanto, un agravamiento adicional del proceso inflacionario.

Asimismo, en el contexto actual, de elevada incertidumbre, no puede descartarse un eventual repunte del ahorro por motivos precautorios que lastre el gasto de los hogares y el dinamismo del consumo agregado.

Finalmente, el Banco de España alerta de que las pérdidas acumuladas en el valor real de las rentas de empresas y familias, unidas a los mayores tipos de interés, incrementan la vulnerabilidad de aquellos agentes con una situación económica y financiera menos saneada, lo que podría incidir sobre sus niveles de gasto en mayor medida.

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