El anestesista y una enfermera, que ha declarado como testigo, han revelado que tras la operación se le hicieron a la paciente al menos dos analíticas, información que era desconocida hasta ahora
El cirujano que realizó la liposucción a Sara Gómez, fallecida en Cartagena, niega que la mujer saliera grave del centro Virgen de la Caridad, a pesar de que ingresó directamente en la UCI. El anestesista, por su parte, se ratifica en los bajos niveles de tensión registrados durante la operación de estética
Ambos han declarado este lunes como investigados al declarar como investigados por un presunto delito de homicidio por imprudencia del que se consideran inocentes.
El cirujano sólo ha respondido a preguntas de su abogado, Pablo Martínez, quien reclama pruebas a la acusación. En ese relato, el cirujano restaba gravedad a la paciente, que falleció un mes mas tarde en la UCI de Santa Lucía, tras varias intervenciones. Lo resumía la abogada de la familia, Maria Bolarín.
En cuanto anestesista, vuelve a reconocer que la tensión de Sara bajó después de la operación pero le restaba importancia. Aunque los niveles de hemoglobina que presentaba Sara no eran normales, ese dato no era especialmente preocupante porque se debía al suero que se le administraba, destacaba el anestesista.
Este investigado y una enfermera que ha declarado como testigo han revelado que tras la operación se le hicieron a la paciente al menos dos analíticas, información que era desconocida hasta ahora al no haberse aportado a la causa.
La familia seguirá proponiendo testigos a la jueza instructora. Entre ellos, el director del Virgen de la Caridad o el cirujano que desaconsejó la operación. Ruben Gómez, hermano de Sara.