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El colapso ambiental del Mar Menor llega al Mediterráneo

Una tesis doctoral revela una pérdida drástica de la pradera de posidonia, de hasta el 50% de la vegetación, en la franja comprendida entre el puerto Tomás Maestre e Isla Grosa

MACU ALEMÁN
18 AGO 2022 - 19:37
Actualizado:
19 AGO 2022 - 17:06
El colapso ambiental del Mar Menor llega al Mediterráneo
Imagen de archivo Mar Menor
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El colapso ambiental del Mar Menor llega al Mediterráneo
02:34

El colapso ambiental del Mar Menor llega al Mediterráneo. Una tesis doctoral revela una pérdida drástica de la pradera de posidonia, de hasta el 50% de la vegetación, en la franja comprendida entre el puerto Tomás Maestre e Isla Grosa. Vertidos urbanos o de otro tipo, pesca de arrastre y  desechos procedentes de las granjas de atunes son las principales amenazas de hoy en día para los bosques submarinos del litoral murciano. 

La investigación forma parte de un trabajo que será publicado en septiembre, además de una tesis doctoral dirigida por el biólogo del Instituto Oceanográfico, Juan Manuel Ruiz. El intercambio de agua con nutrientes procedente del Mar Menor hacia el Mediterráneo, desde 2016, ha dado como resultado una caída drástica de la franja de posidonia oceánica que oscila entre el 31% y el 50%, en las cuarenta hectáreas más próximas al ecosistema lagunar, y que se extiende a otras 150 hectáreas con una afectación de entre el 16% y el 31%. 

El litoral de la Región cuenta actualmente con una franja más o menos continua de bosques de posidonia que ha variado a lo largo de los siglos por actividades como la minería. Hoy en día, los factores de riesgo más importante son los vertidos, la pesca de arrastre y los desechos de algunas explotaciones acuícolas. El ejemplo más flagrante se puede ver junto al espacio protegido de Calblanque. Un emisario de aguas residuales de Cartagena conectado a una depuradora lleva partido en dos desde abril. Una situación dantesca, en palabras del investigador.

Puede ver el vídeo de los vertidos del emisario de Cala Reona pulsando aquí.

 

El biólogo es también responsable de la red de vigilancia de las 11.000 hectáreas de posidonia oceánica que, desde 2004, se monitorizan a través de veinte estaciones, en colaboración con el servicio regional de pesca y con financiación FEDER. El estado general de los bosques submarinos de la Región, salvo la excepción anterior, es bueno. Mantenerlos es imprescindible para garantizar el futuro.

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