Este cámara de televisión, natural de Torre Pacheco, participó durante una semana en una expedición para seguir a los voluntarios murcianos que acudieron a Galicia a ayudar
Hoy se cumplen 20 años del hundimiento del Prestige frente a la costa gallega. La Región de Murcia no fue ajena al movimiento de solidaridad que aquel desastre generó. Decenas de voluntarios de nuestra comunidad acudieron a la Costa da Morte para ayudar en las tareas de limpieza. Las dos universidades públicas de la Región y Solidarios por el Desarrollo canalizaron parte de ese pulso solidario. Con ellos viajó el cámara de televisión pachequero, Fran Travé.
El medio en el que trabajaba organizó una expedición para grabar y relatar el trabajo de los voluntarios de nuestra comunidad que acudieron a Galicia. Fran permaneció allí una semana, acompañando a los jóvenes que, movilizados por lo que habían visto en televisión, no quisieron dejar pasar aquella oportunidad para ayudar. "Llegamos a Muxia, nos atendieron los militares y nos llevaron a un pabellón. Allí estuvimos toda la semana. Recorrimos toda 'A Costa da Morte' grabando sitios y entrevistando gente".
Unos vecinos que aún estaban conmocionados días después de que la catástrofe desplegara su peor cara. Este profesional de los medios de comunicación cuenta que " estaban muy enfadados con lo que había sucedido y el futuro que preveían, igual de negro que todo aquello".
Han pasado dos décadas de aquello y, con la perspectiva del tiempo, este cámara de televisión ahora es más consciente de la trascendencia de aquel desastre y también del movimiento solidario sin precedentes. Travé cuenta que le impresionó "la solidaridad de la gente, creo que 20 años después de aquello no ha habido un movimiento similar. Viendo las imágenes se me ponen los pelos de punta, había gente de todos los sitios allí limpiando". En la retina quedan imágenes poderosas: las filas de voluntarios para participar en la organización de la limpieza, el contraste del salvaje litoral gallego cubierto con las galletas de chapapote. Fran Travé califica la estampa que se trajo de allí de "apocalíptica".
