María Dolores Chirlaque, jefa de Epidemiología de la Consejería de Salud, destaca que ahora los indicadores y el seguimiento, el control, estudio y vigilancia se ha focalizado en entornos vulnerables
REDACCIÓN / MACU ALEMÁN. Murcia / Cartagena
España está inmersa en la primera Semana Santa sin restricciones desde que comenzara la pandemia de coronavirus, salvo el uso obligatorio de mascarillas en interiores. Sólo en Galicia se mantiene hasta el sábado la limitación de comensales y hasta el 23 de abril el pasaporte Covid para acceder a centros hospitalarios y sociosanitarios. Desde hoy, la comunidad autónoma no envía a diario información sobre contagios y hospitalizaciones que, eso sí, seguirán apareciendo en la web murciasalud.
En las últimas 24 horas se han contabilizado en la Región de Murcia 102 casos y no hubo ningún fallecido por esta causa. La tasa de incidencia está en los 446 contagios por 100.000 habitantes a 14 días y en 239 a una semana. En estos momentos, 98 personas están ingresadas por Covid-19 11 de ellas en las Unidades de Cuidados Intensivos. La interacción social es la que está marcando los vaivenes de los índices de la enfermedad según Juan José Pedreño, consejero de Salud.
Pedreño pide a la población que sea prudente porque el virus sigue ahí y se ha referido también a la renovación de contratos de los rastreadores del coronavirus. Asegura que se realizó antes del cambio de normativa respecto al seguimiento de la enfermedad y por eso habrá que esperar al vencimiento de los acuerdos vigentes para adaptarse.
LA SEMANA SANTA, PRUEBA DE FUEGO PARA VER LA EVOLUCIÓN DE LA PANDEMIA
Cerca de cuatrocientos mil ciudadanos de la Región de Murcia han pasado la COVID y un millón cuatrocientos mil cuentan con la inmunidad generada por la vacuna. La nueva estrategia contra el coronavirus pasa ahora por controlar a la población vulnerable, mayores de sesenta en general y vigilar centros sociosanitarios y hospitales. La Semana Santa puede ser la prueba de fuego para comprobar si se mantiene a raya la pandemia o se vuelven a disparar los casos.
Cambia la forma de la enfermedad y cambia también la estrategia de lucha. La evolución hacia una patología más leve ha cambiado el foco de la pandemia y, si antes se hacía seguimiento de todos los brotes en toda la población, ahora estas medidas se centran en el colectivo de personas y entornos vulnerables, entre ellos mayores de sesenta años y personal y residentes en centros sociosanitarios, asistenciales o en hospitales explica María Dolores Chirlaque, jefa de Epidemiología de la Consejería de Salud.
Cambia la fotografía de la pandemia pero continúa la vigilancia epidemiológica y la COVID sigue siendo una enfermedad de declaración obligatoria. El alto número de vacunados y los que han sufrido ya el coronavirus han permitido alcanzar una inmunidad de grupo suficiente para justificar la relajación de medidas, como reconoce la experta.
La variante del coronavirus que predomina en el momento actual es la ba2 en más del 50% de los casos, una subvariante de la ómicron muy similar en cuanto a los síntomas.
Con los indicadores actuales y, aunque no se estén haciendo las pruebas de detección que se hacían antes, la situación está controlada, dice Chirlaque. No obstante la Semana Santa está aquí, también al volver las fiestas de Primavera y la situación aunque no es probable, podría cambiar.
