Desde que empezara la guerra, los fieles ucranianos acuden a diario para intercambiar información sobre sus familiares que se han quedado en Ucrania o están huyendo a las fronteras
SUSANA AZPARREN. Murcia
La parroquia de Nuestra Señora de Fátima en el barrio de Vistabella de Murcia es la única de toda la región que celebra misas en ucraniano. Desde que estallara la guerra se ha convertido en un punto de información diario sobre la evolución del conflicto al que acude la comunidad católica ucraniana para saber de familiares y amigos que se han quedado en Ucrania.
Los fines de semana se celebran dos misas en ucraniano en esta parroquia del barrio de Vistabella. Se imparten mediante el rito católico bizantino. Unos doscientos fieles ucranianos acuden cada domingo a la parroquia para participar en la ceremonia que ellos denominan "divina liturgia”. Desde que empezara la guerra el ir y venir de los fieles es diario porque la parroquia se ha convertido en punto de intercambio de información sobre la situación de las familias que todavía permanecen en Ucrania o que están abandonando el país. Lo dice así Alex, ucraniano que colabora con el sacerdote, Viktor Parkhomenko.
Alex comenta que hay mucho miedo no solo por perder a los familiares que se han quedado en Ucrania, si no también miedo por perder su país, su patria.
