El vicepresidente de la Sociedad Murciana de Medicina Familiar y Comunitaria, Jesús Abenza, es imposible competir con otras comunidades por captar médicos para la sanidad murciana
PACO MARTÍNEZ. Murcia
El Ministerio y las Comunidades Autónomas acordaron este miércoles ampliar el cupo de médicos de fuera de la Unión Europea que podrá terminar su formación en España, para cubrir las más de 200 plazas de MIR que quedaron vacantes en la última convocatoria. Aunque ninguna de esas vacantes corresponde a la Región de Murcia, lo que aquí sí preocupa es la posibilidad de que pueda producirse una alta tasa de abandono entre los residentes adscritos a la Región de Murcia.
Nos lo ha contado el vicepresidente de la Sociedad Murciana de Medicina Familiar y Comunitaria, Jesús Abenza. Dice que hay temor por el efecto que esas bajas precipitadas podrían llegar a tener sobre la programación de guardias, especialmente en los servicios de Urgencias:
El temor se fundamenta en la calidad de la docencia que se ofrece en algunos servicios de la región y en el nuevo sistema de adjudicación de plazas que este año, por primera vez, se ha realizado de manera automática. Domingo Sánchez, vocal de los MIR en el Colegio Médico, asegura que el modelo propicia que haya muchos casos de residentes que ni siquiera lleguen a tomar posesión.
Pero los problemas relacionados con la situación de los médicos en formación no terminan aquí. La Consejería de Salud, que dice haber ofrecido trabajo a todos los MIR que se han estado formando en la Región de Murcia, sigue sin aclarar qué tipo de contrataciones podrá hacer. Un ejemplo es el propio Domingo Sánchez: es oncólogo, una especialidad en la que las bolsas de contratación están casi a cero; pero por ahora el Servicio Murciano de Salud sólo le ofrece un contrato de quince días.
En esas condiciones, dice Jesús Abenza, es imposible competir con otras comunidades por captar médicos para la sanidad murciana.
En opinión de Domingo Sánchez, la solución tal vez pasaría por tener una Consejería de Salud mucho más beligerante, capaz de enfrentarse a los criterios de la consejería de Hacienda para hacer valer el carácter prioritario de las inversiones en sanidad.
