Hablamos con Arián Alarcón, enfermero almeriense, y con Ana María Alcaraz, de Murcia sobre los motivos que les llevaron a buscar trabajo lejos de casa
ÁNGEL BOLUDA / Murcia
La falta profesionales sanitarios en el mercado de trabajo es un mal endémico en la Unión Europea, un fenómeno que se ha visto agudizado durante la pandemia. Algunos países han sabido aprovechar este contexto ofreciendo condiciones de trabajo ventajosas que logran atraer a los jóvenes que salen de nuestras facultades. Mientras nuestro sistema sanitario se topa con falta de sanitarios en algunos ámbitos.
Nosotros hemos hablado con dos enfermeros que han tenido que salir fuera. A esta situación le pone piel Ana María Alcaraz. Enfermera murciana que acabó su carrera en 2020 en plena pandemia. Al contrario de lo que pueda parecer, según dice, el acceso al sistema sanitario de nuestra comunidad era complicado. En Barcelona le ofrecían contrato de un año en un hospital público y no se lo pensó. Los compañeros de su generación le dibujan un escenario laboral muy diferente al que ella se encuentra.
Arián Alarcón es de Almería y tras estudiar Enfermería tuvo una primera incursión en el sistema sanitario de Andalucía que no le dejó satisfecho. Sus perspectivas laborales eran inciertas y la estabilidad en el empleo, nula. Fue entonces cuando se topó con una oferta de empleo en Noruega. Tras un posterior cambio de empresas ahora trabaja en un geriátrico en la región de Finnmark. Las condiciones de trabajo que ha encontrado allí están muy alejadas de las que tenía en España. Le sufragan gastos de alojamiento, hasta 3 viajes a España al año y una planificación salarial y de su jornada laboral que hacen que no se plantee regresar a su país.
