El presidente de la organización agraria tiene muy poca fe en que el Pacto Nacional del Agua incluya la realización de nuevos trasvases. Miguel Padilla dice que los recursos que mantengan al sector tienen que venir de la desalación.
REDACCIÓN. Murcia
Se resistía Miguel Padilla a calificar como cambio de estrategia, la posición del sindicato agrario para revindicar el agua que falta, pero sus palabras, aludiendo a la dificultad para alcanzar un acuerdo que permita los travases y su apuesta por la desalación, deja pocas dudas. Las posturas de los grupos políticos a nivel nacional le llevan a pensar que son casi imposibles.
El campo murciano, que el próximo año puede ver somo se pierde superficie de cultivo, no puede esperar otros 15 o 20 años, a más mesas de negociación o pactos que marcan una agenda sobre el papel y poco más. Así que el agua tendrá que venir de la desalación cuyo coste, con el uso de energía renovable, podrá ser asumido por los agricultores.
Ha insistido Padilla en que no hay una renuncia a nuevos Trasvases pero hay que se prácticos y pensar, por ejemplo que, hasta el año que viene -y mucho tendrá que llover- ni siquiera vendrán recursos del que ahora existe: el Tajo-Segura.
El presidente de COAG dice que el sindicato central de regantes hace lo que tiene que hacer, pero ellos tienen que dar respuesta a sus agricultores, que afrontan tambien el horizonte de 2017 cuando habrá de reducirse en un 40% la extracción de los pozos, casi todos sobreexplotados.
En su análisis de la situacion ha asegurado que su COAG aplaudirá las actuaciones que se lleven a cabo para atajar la existencia de regadíos ilegales, que no ha querido cuantificar pero de cuya existencia no ha dudado.