La falta de agua para riego podría tener consecuencias demográficas a medio plazo
REDACCIÓN
La población ha aumentado en el último año en la Región en casi 6.500 personas y una gran mayoria -4.700- como consecuencia del crecimiento vegetativo, la diferencia entre nacimientos y defunciones. Pero la falta de agua para riego podría tener consecuencias demográficas a medio plazo, como consecuencia de la estructura de la economía regional, según explica el catedrático de Geografía, José María Gómez Espín.
Los datos del Instituto de Estadística dicen que somos casi 1.773.000 de habitantes. La conclusión es que la natalidad se mantiene alta y lo hace por la presencia de personas de otras nacionalidades en las que el número de hijos por familia es alto.
Buena parte de estas personas se ocupan en el sector agroalimentario. Si la falta de agua reduce los cultivos, crecerá el paro o los inmigrantes se marcharán, como ya ha ocurrido durante la crisis con muchos de los que se ocuparon en la construcción.