Siete miembros del comité aseguran que dragar la gola de Marchamalo y las Encañizadas, es una decisión unilateral del gobierno regional. Una de las integrantes del comité, la profesora de la Universidad de Alicante Francisca Giménez Casalduero, dice sentir "frustración e indignación"
PACO MARTÍNEZ | REDACCIÓN
La clave de este asunto radica en que la Consejería de Medio Ambiente se apoya en un estudio parcial que debía formar parte de un análisis que no ha llegado a producirse: es cierto que se habían realizado modelos para calcular el efecto de la apertura de las golas en los movimientos de agua y el nivel de salinidad del Mar Menor; sin embargo no se han estudiado las consecuencias ecológicas de esos cambios.
Siete miembros del comité de asesoramiento científico del Mar Menor han suscrito un comunicado en el que aseguran que dragar la gola de Marchamalo y las Encañizadas, es una decisión unilateral del gobierno regional, sin el aval de dicho comité.
El riesgo, dice la profesora Giménez Casalduero, es enorme y puede afectar tanto al ecosistema del Mar Menor, como al del Mediterráneo. Peligra, por ejemplo, la supervivencia de los pocos ejemplares de nacra (pinna nobilis) que quedan en la laguna. La mayoría murieron por el exceso de nutrientes registrado en los meses más críticos, pero la alta salinidad del Mar Menor ha protegido a unos pocos de una epidemia que ha acabado con el cien por cien de los individuos entre Gibraltar y Baleares y que ha puesto la especie al borde de la extinción
Riesgo para la pradera de posidonia
Hay también una grave amenaza para la pradera de posidonia en el lado del Mediterráneo, frente a las costas de La Manga. El Comité de Expertos había pedido que se completara el modelo hidrodinámico porque temen que el río de agua altamente salina que sale del Mar Menor pueda provocar daños irreparables en la posidonia. Daños que, según las primeras apreciaciones, ya han empezado a apreciarse.
Algunos miembros del comité no descartan dimitir
Los profesores Esteve Selma, Gómez Cerezo, González Barberá, Robledano Aymerich, Torralva Forero firman junto a Giménez Casalduero y Julia Martínez, suscriben el documento en el que piden que se evalúen las posibles consecuencias de la medida que serían no sólo ambientales sino también jurídicas al vulnerarse convenios internacionales. De ahí que, por ejemplo Julia Martínez no descarte dimitir.