El Resumen Económico de 2022
A principios de año nos las prometíamos bastante más felices, los combustibles ya habían empezado a subir y la amenaza de un arrastre del IPC asomaba tras el horizonte. Pero sentíamos que habíamos superado lo peor de la pandemia, que transmutada en ómicron ya no causaba estragos en una economía vacunada. Habíamos ahorrado algo de dinero -a la fuerza, porque no había dónde ni en qué gastar durante el confinamiento- y eso prometía animar el consumo.
El 24 de febrero las tropas rusas invadieron Ucrania. Diez días antes, las bolsas mundiales habían sufrido pérdidas importantes, anticipando el coste de un conflicto bélico a las puertas de Europa. Todo iba a depender de lo que Rusia tardara en controlar el territorio ucraniano, porque por entonces ese parecía ser el único final posible.
La invasión ni fue limpia, ni fue rápida. Y sus efectos no tardaron en extenderse como una mancha de aceite. Entre los primeros en notarlo, los ganaderos: sin el cereal ucraniano y ruso, las fábricas de piensos quedaron desabastecidas. Europa trataba de buscar mercados alternativos donde comprar, pero la solución no era sencilla. Y en ese río revuelto, algunos conseguían ganancias imprevistas como nos contaba Carlos Esparcia, responsable de ganadería en UPA Murcia.
Los siguientes en sumarse a la lista de damnificados, los transportistas. La gran patronal venía de cerrar un acuerdo con el gobierno apenas un par de meses antes para tratar de amortiguar el efecto de la subida de precios del combustible. Pero un actor inesperado entró en escena: la autodenominada Plataforma Nacional por la Defensa del Transporte, que paralizó medio país con su protesta. Patricio Martínez era por entonces el portavoz de esa plataforma en Murcia.
El coste del gas disparó también el precio de la electricidad. El ejecutivo central aprobó medidas de apoyo a los consumidores más vulnerables, pero en paralelo puso en marcha una estrategia que acabaría fructificando un par de meses después, allá por junio, cuando la Unión Europea autorizó a nuestro país y a Portugal a aplicar un tope en el precio del gas dedicado a la generación eléctrica, lo que bautizamos como "la excepción ibérica".
En España han mejorado las cifras de paro y también lo han hecho en Murcia. Ha caído el desempleo en todos los sectores y -fruto de la aplicación de la reforma laboral- se ha disparado la contratación indefinida, que triplica de largo los datos de 2021. Todo esto, en paralelo a una notable subida del Salario Mínimo Interprofesional.
De momento, la economía de la región no está en recesión. Cerrará 2022 con un crecimiento del 3,8% y mantendrá la tendencia al alza en 2023, aunque de forma más ralentizada. Creceremos menos que la media nacional, pero seguiremos creciendo. De hecho, vamos a recuperar antes que el conjunto del país el nivel económico que teníamos antes de la pandemia. José Daniel Buendía es el coordinador del informe de Predicciones Económicas para el trienio 2022-2024 que ha elaborado el Colegio de Economistas de la región.
