Francisco Cabezas: "El Trasvase no desaparecerá porque garantiza un abastecimiento urbano muy difícil de sustituir"
JOAQUÍN AZPARREN.Murcia
El director del Instituto Euromediterráneo del Agua, Francisco Cabezas, que coordina el equipo científico que estudia las alegaciones al Plan del Tajo, precisa que uno de los asuntos más relevantes que se investigan es el de determinar el por qué del cambio tan brusco a la baja que registraron los caudales del río a partir de los años 80 rompiendo el patrón de un descenso gradual achacable al cambio climático.
El equipo, que tendrá preparadas dichas alegaciones antes de la fecha del 21 de diciembre, intentará rebatir con argumentos jurídicos, ambientales y socieconómicos la amenaza que sobre el Tajo-Segura se cierne si se aprueba la nueva planificación hidrológica. Admitiendo que el cambio climático está provocando una merma en las reservas esperadas de Entrepeñas y Buendía, sorprende que esa bajada tuviera lugar de forma muy acusada a principios de los 80. En forma de salto, dice.
Cabezas no cree que se termine con el Trasvase porque habrá que mantener los abastecimientos urbanos en última instancia. Sin embargo, sí teme un pronunciado recorte de los envíos debido a las modificaciones normativas sobre la explotación y los aspectos ambientales que se proyectan para esa cuenca. En cuanto al año hidrológico que termina este jueves, lo define como normal si excepctuamos la arbitrariedad con la que el ministerio de Transición Ecológica interpreta los últimos envíos del Trasvase. Se recortan las cifras que aplican las normas de explotación y que ratifican, en principio, los técnicos ministeriales.
