Entrevistamos a Alfonso Javier de la Cerda, jefe de la Unidad de Atención a la Familia y a la Mujer, que se encarga de la protección de las víctimas.
Una protección que se desarrolla mediante distintos procedimientos en coordinación con la policías locales y guardias civiles. De la Cerda ha explicado que "no hay perfiles concretos" ni predominan unas agresiones más que otras. Se denuncia e investiga todo y afortunadamente cada vez es mayor la concienciación ciudadana y la información que facilitan testigos, vecinos o simples conocidos.
Una treintena de agentes forman parte de esta unidad, que en los últimos días ha puesto en marcha una sala de juegos para los niños de las madres que acuden a denunciar. No se trata solo de ofrecer un entorno más positivo a los pequeños, sino que sus madres no tengan que relatar ante ellos las agresiones que sufren. Se consigue también que hablen con mayor libertad.
Nunca sobran las campañas de mentalización para erradicar entre todos esta lacra social, dice Alfonso Javier de la Cerda, que recuerda que el último escenario es la agresión física pero está también la verbal, la económica, psicológica, el aborto o la esterilización forzosas u otras inimaginables. "La cultura contra la violencia de género debe iniciarse en las primeras fases de la educación para que sepan identificarla con rapidez", explica. Y es que, añade, preocupa especialmente la cada vez más corta edad de quienes la sufren y los que la ejercen.