"Las vacunas de Pfizer y Moderna también provocan efectos adversos y no se les da la relevancia de AstraZeneca"
JOAQUÍN AZPARREN. Murcia
Llegar al objetivo de vacunar al 70 por ciento de la población a finales de agosto no es tan importante como alcanzar la inmunidad cuanto antes de los colectivos más expuestos a las consecuencias más graves del contagio. Es lo que opina el inmunólogo y vicerrector de la Universidad de Valladolid, Alfredo Corell.
Corell considera que, en plena cuarta ola, lo importante es suministrar la vacuna a los más expuestos a la gravedad de la infección aunque para ello otros colectivos deban esperar algo más. El inmunólogo llama la atención sobre el excesivo protagonismo que se está dando a los casos aislados de accidentes vasculares supuestamente vinculados a la vacunas de AstraZeneca. Pide a la Agencia Europea del Medicamento claridad en sus determinaciones y destaca que, aunque exista una relación causal entre los 60 casos detectados en Europa tras 23 millones de dosis administradas, el beneficio supera a los efectos adversos.
Alfredo Corell añade, además, que no se le da tanta relevancia a los efectos similares que, por ejemplo, tanto Pfizer como Moderna han provocado en Estados Unidos. Defiende la necesidad de vacunarse, por tres razones: "la defensa de la salud individual, proteger a los que me rodean y por solidaridad con quienes no puedan recibir las dosis por motivos médicos".