Se cumplen 90 días de una invasión rusa de Ucrania que se aventura "duradera"

JOAQUÍN AZPARREN. Murcia

La invasión rusa de Ucrania cumple tres meses sin que se vislumbre una solución que termine con una guerra que está provocando la muerte de decenas de miles de soldados de ambos bandos así como un número incalculable de civiles. A ello hay que añadir la destrucción de las ciudades y el derrumbe de las economías de los contendientes.

Coincidiendo con estos 90 días de guerra, hablamos con Oksana Vysochin es una ciudadana ucraniana que reside en la Región de Murcia desde hace 22 años y que regresaba a mitades de este mes de Boríspol, su ciudad natal donde la guerra le atrapó cuando cuidaba a su abuela de casi 100 años. Improvisada corresponsal de guerra para varios medios nacionales relató lo que supusieron los momentos más angustiosos de esa ciudad cercana a Kiev y colindante con el aeropuerto internacional del país, bombardeado en varios ocasiones por misiles rusos. Ahora, después de 90 días de invasión, el futuro para Oksana es incierto aún cuando su aspiración, como la gran mayoría de ucranianos es la victoria y la liberación de los territorios ocupados.

Recuerda además que la amenaza del hambre se cierne sobre los que permanecen en el país ya que no se ha podido plantar el cereal y las hortalizas, o no se ha hecho por miedo a la invasión rusa. Además, dice, los agresores se están llevando el grano a su país en las zonas agrícolas que han usurpado. Oksana reclama la ayuda para los refugiados, cuya gran mayoría añade, están en el este de Ucrania procedentes del oeste donde se desarrollan los combates. Hacen frente a graves carencias a pesar de la solidaridad de sus propios compatriotas