Los productos comercializados están bajo denominaciones como 'Slime Crystal Mud' o 'Slime Glitter' y pueden producir intoxicación aguda, o dermatitis, tal y como explica Francisco Abril, director general de Consumo
REDACCIÓN. Murcia
Técnicos de la Inspección de Consumo, dependiente de la Consejería de Empleo, Universidades, Empresa y Medio Ambiente, han detectado una presencia de boro mayor de la permitida en varios modelos del juguete denominado 'blandiblú' o 'slime', todos ellos traídos de China a Murcia por un mismo importador.
Se ha prohibido la comercialización de dichas existencias, que ya han sido retiradas, y además se ha extendido el aviso al resto de autonomías a través del sistema nacional de alertas por productos peligrosos.
Aunque los productos presentaban otras deficiencias, como por ejemplo ausencia de información en el etiquetado, la más significativa era la presencia de boro por encima del límite de 300 miligramos por kilo establecido por la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas. De hecho, en algunos de estos productos se ha encontrado una proporción superior a los 600 miligramos.
Esta detección responde a la campaña iniciada por la Inspección de Consumo en distintos establecimientos, con la toma de muestras de varios productos tanto en jugueterías como en tiendas multiprecios. Si bien la mayoría de estos juguetes se encontraban por debajo de la proporción máxima de boro, se localizaron unidades que sobrepasaban ese límite, y que se comercializaban bajo denominaciones como 'Slime Crystal Mud' o 'Slime Glitter'.
El importador de estas unidades colabora con los técnicos para la completa retirada de estos productos, y ha facilitado además una lista de todos los clientes que han adquirido mercancías. Dichos clientes ya están siendo informados de que no está permitida la comercialización.
La alta concentración en boro de estos juguetes de textura viscosa entraña un riesgo para la seguridad de los usuarios, y puede producirles intoxicación aguda, irritación y dermatitis, entre otros efectos. En el caso de los niños y las mujeres embarazadas, los efectos pueden ser más perjudiciales.
Los análisis revelaron múltiples casos en los que no registraba un exceso de boro, pero sí incumplimientos de las normas de etiquetado que deberán ser subsanados.
Los técnicos de Consumo mantendrán una inspección regular de estas mercancías en los próximos meses, con el fin de asegurarse de que todas las deficiencias son corregidas.
La Comunidad ha colaborado en esta materia con el Centro de Investigación y Control de la Calidad, ubicado en Madrid y dependiente del Ministerio de Sanidad, de cara a la realización de los análisis químicos. Las muestras remitidas desde la Región fueron examinadas en dicho centro, y a raíz de las mismas se han adoptado las medidas pertinentes.